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LA DIVINA PASTOl~A Y L AS MISIONES ENTl?B INFIELES 87 1iJSi:lS spicas, id es/, animas a messoribus dereliclas, colligere ad veniali1 posset. Aunque quisiéramos seguir, debemos cortar este precioso comentario, que el venerable amplia con nuevos textos y consideraciones , hasta eng;1s– tar a los infieles convertidos como estrellas refulg·entes en la diadema de la Pc1slora Divina (1); porque nos urge tratar de la seg'Ul1cla cuestión referente al origen histórico, misionero y sobrenatural de la imagen y devoción de lc1 Divina Pastora. No es nuestro intento bosquejar aquí la historia de la devoción ma– riano-pastoreña en las misiones, terna inexplorado aún, que ha de ciar gTc1n– des sor presas y nrnteria abunclantísima al historiador que la emprenda , si logra desempolvar los importantes y preciosos documentos, que se g·uar– dan en los archivos nacionales y de la Orden capuchina (2). Nuestro obje– to es indicar sólo que , en su origen, el titulo y la devoción de la Pastorn fueron l1istóricamente misionales , y que no puede explicarse el hecho con todas sus circunstancias prodigiosas sin la intervención divina en el orden extraordinario de la gn1cia. Entramos, pues, en la cuestión con el si– guienle preámbulo. El padre Isidoro, desde su juventud, se sintió con vocación extraordi– naria de misionero y con ansias incoercibles buscaba un medio eficaz para convertir muchas almas y con ellas salvar a la suya . Al describir el vene- . rabie los principios de la devoción de la Pastora, hablando siempre ele un predicador capuchino, que era él mismo en tercera persona-tan grande l'ué su humildad - dice que en sus meditaciones se veía obligado a dar pasto espiritual a los fieles y que debía hacerlo como ei enviado de Dios: Clc1ma ne cesses. levanta los acentos de tu voz como sonora trompeta, anúnciale a mi pueblo sus maldades y a la casa de Jacob sus pecados. (Isai., 58, J). Temiendo este predicador no se dijese por él: ¿Porqué esláis todo el día ociosos? (Math., 20, 6); Escondí tu talento en fa tierra (lb., 25, 25); ¡Ay de mí, porque callé! (Isai. , 6, 5), se resolvió a predicar pública– mente en las calles y plazas , proponiéndose en su predicación mezclar lo útil co:1 lo dulce , utile du/ci: lo útil de la reprensión de las culpas , con lo dulce de la devoción de María Santísima en su gforiosísima corona . Esto fué lo que determinó el referido predicador. como de hecho lo hizo, pare– ciéndole éste, proporcionado medio, para conseg·uir el perdón de sus peca - l. CotWNAIJITUR Vmco, QUIA CREDENT GENTES IN FRUCTUM VENTIUS SU!, ET EORUM CREIJEN· TJUM s,\ 1.us CORONA Vrnc;1N1s EST (Rup. IN CANT.). - 2. Como institución misional, los misione– ros capuchinos andaluces de PROPAGANDA FIDE abrazaron la devoción en sus propios albores. En el Arch. de Indias, Audienc. -de Caracas, consta que por los aúos de 1715 y 16 introdujeron los capuchinos la devoción de la Pastora en Venezuela. El P. Salvador de Cádiz, prefecto, en una relación que hace, fechada el 11 de sep. de 1725, dice: •La Misión de la Divina Pastora de los Mapubares está situada en la jurisdicción de la ciudad del Coro... y compónese... de más de seiscientos indios de ambos sexos, . lb. El P. Isidoro en LA FuENTE DE LAS PASTORAS, editada el afio 1722, pp. 14-18, dice que un misionero andaluz fundó un pueblo de indios en Los Llanos de Caracas y le puso por nombre PASTORA, y en su iglesia colocó una imagen de talla , como la primitiva, hecha en Holanda por mediación del cónsul, y que en otras partes de las Indias, así de Tierra Firme como de la Nueva Espat'ía, hay innumerabl es estampas y algunos cuadros de Pastora. Los misioneros capuchinos de las otras provincias es pat"1olas hicieron des– pués lo mismo en sus misiones.

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