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84 LA DIVINA PAStOl?A Y BL BTÓ, DIEGO J. De C. después, la imitaron muchos escritores de la devoción, entre ellos el beato Diego José de Cádiz. · Aunque el padre Isidoro escribió algunos versos muy sentidos, desti – nados a letrillas de sus libros devotos y cánticos para las misiones, no creemos que deba figurar en el parnaso de los poetas, porque sus poesías son pesadas y carecen de inspiración. Sin embargo, hay una tan fuerte y armónica, de tanta fluidez y valentía espiritual, que recuerda a la Salve, al Ave, maris ,Ste//a y al Bendita sea tu pureza: tal es la ferviente espinela de salutación que dice: .J_ Salve, Pastora querida . , cuya caridad te mueve, dejando noventa y nueve, buscar la oveja perdida. Salve, fuente de la vida, salve, bellísima aurora, porque, en la última hora de su vida, el Sumo Rey de toda la humana grey te constituyó Pastora (1). l. SEVILLA MARIANA, t. 3. 0 , p. 132.

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