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en el Convento de los Padres Capuchinos al P. José María Muniz, actual Provincial de los P. Capuchinos Rioplatenses. Fue con grandísimo llanto que el P. Cirilo dejó el Uruguay, trazando una señal amplia de bendición, y llevan– do en su corazón la pena de un pueblo sin patria y sin consuelo. En Brasil existió un encuentro muy conmovedor: una mujer de 80 años se acercó al obispo capuchino y le elijo ser amiga de su mamá. Por los recuerdos de la mujer. Mons. C:irilo revivió muy clara la imagen de la mamá Sara. de la persecución. del martirio. En aquella revocación el capu– chino leyó nuevamente. como en una síntesis. las coorde– nadas de su apostolado: sufrir para hacer fructificar. morir para formar nuevos hijos de Dios. En conclusión. de su visita en Brasil. el obispo capuchino tuvo la alegría. grandísima. de poder ciar una iglesia a los católicos armenios. 56

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