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EL CORAZON NO TIENE EDAD e: 1 Sínodo de los obispos armenios celebrado en Bzommar, decidió entre otras cosas enviar un visita dora América Latina para asistir a las comunidades armenias y dar los primeros pasos hacia la fundación de un ordinariato armenio. Era necesario en una palabra comenzar de cero (como siempre). El Sínodo, precidido por el patriarca Gregario Pedro XV Agagianián, no tuvo duda sobre la elección del obispo a mandar en misión por el nuevo mundo: el P. Cirilo Giovanni Zohrabián, un apóstol para todas las estaciones y para todos los continentes. Con el fardo de sus 71 años, que ya comenzaban a pesar sobre sus espaldas, y con el hábito capuchino el P. Cirilo estaba pronto para partir hacia «un mundo descono– cido en búsqpedadel bien». Era el 25 de noviembre de 1953 cuando el visitador pmriarcal de la misión armenia subió a bordo de un áereo que tenía como destino Argentina. Fue un viaje de los más aventurero y riesgoso en la larga serie de viajes que el obispo capuchino emprendió. En Buenos Aires y cuando la figura hierática del capuchino hizo su aparición en la escalera del aéreo fue todo un grito de alegría: «viva el Papa Pío XII, vida el Cardenal Agagianián. viva el obispo Zohrabián, viva la República Argentina». 52