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a la calumnia: un mes ele cárcel y 500 liras sirianas de enmienda, más 500 liras para cubrir los gastos del tribunal. (jironía ele la suerte!) En medio de tantas pruebas la salud del capuchino fue puesta a prueba duramente: tifus con complicación de malaria peligrosa. Los enemigos del obispo pensaron que había llegado la oportunidad para que Alá lo enviase al otro mundo, pero nuestro Padre Dios tenía otros proyectos. En 195J, después ele un período de recuperación en Italia, Mons. Cirilo recibe un nombramiento inesperado. que hizo cambiar de ruta al pobre obispo capuchino: ele ahora en adelante, sería visitador patriarcal de la misión armenia de América del Sur. «Es doloroso tener que abandonar definitivamente el campo de trab,~jo bañado por tantos sudores, empapado por tantas lágrimas ... » anotó otra vez más el P. Cirilo. De todos modos, también con el corazón sangrante el obispo Cirilo aceptó a manos llenas la obediencia al plan de Dios, clamando con Teresa del Niño Jesús: «todo es gracia!». 51