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VICARIO PATRIACAL DE LA ALTA GEZIRA n el verano de 1935 el P. Cirilo hizo una experiencia muy importante. por un mes aceptó ser el capellán de las carmelitas de Montmartre. en Parh. Tres \'eces por seman,t. el capuchino exponía y narraba ,t las monjas. sobre los prnhlcmas de la\ ida misionera y les contaba la a\·entura de una \·ida dada por el r\ angeli\l. Al final el capuchino y las c,trrnelitas estipularon un p,tcto espiritual por el cu,tl se compmrnctían recíprocamente pm el triunfo del Reino de Dios. Más de una \eZ el P. Cirilo tU\O la experiencia benéfica de la macitín de las c,trrnelit,ts desc,tl- 1.as. Fue después de muchísimas dificult,tdes que el P. Cirilo pullo retornar a Grecia: había recibido otra comuni– cación de exilio y en la espera de la re\'llcacití!l se hahí_t dedicado a prestar su sen·icio sacerdotal e!l l,t P,trroquia capuchina de CL'nlrocellc. en Roma. Para hacer un balance de l:i años de acti\ idad rnrnu ordinario de los annenios. el P. Ci rilo L'Oll\ udl eIsínmlo de 1 Ordinariato que rue inaugurado el 18 de julio de II.J37. Los resultados del sínodo !'uernn excelentes: se hiw un,t pru– grarnación muy detallada sobre todos los frentes de apos– tolado y de la vida de la iglesia. de la liturgi,t. de la incu lturación cristiana ele las estructuras y de la sociedad c.'11 medio del cual los armenios vivían.

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