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Después de muchas búsquedas y tratativas el lugar elegido para los locales de la escuela cayó nada menos que en el Cementerio ... un lugar poco apto pedagógicamente, a decir verdad, pero eran esos los últimos locales disponi– bles y el P. Cirilo aceptó inmediatamente. Cuando el capuchino llegó a visitar los locales, concontró ya sus colaboradores en el trabajo: tres docentes y cuatro jóvenes armenias estaban atendiendo la limpieza de los locales todas alegres y contentas corno una pascua. · El P. Cirilo pudo inagurar la escuela para los armenios,llamándola «Araradián Vargiarán». El año esco– lástico comenzó con l25 alumnos. Este esp(ritu de sacrificarse por sus hermanos armenios tuvó enseguida su recompensa. Mons. Brindisi, arzobispo católico de la isla, puso a disposición del P. Cirilo locales más decorosos para su «Araradián Vargiarán». Los celos v las envidias comenzaron su labor. a i' L' Araradi:m Vargiarán tuvo que desalojar esos lo– cales suntuosos que había ofrecido Mons. Brindisi y trasla– darse a una casa alquilada. La Providencia una vez más envolvió al capuchino con sus prófugos y en poco tiempo la escuela se impuso en Corfü por la seriedad y la técnica pedagógica avanzada, «tiempo lleno» incluso. A la clausu– ra solemne del año escolástico asistieron las autoridades civiles, militares y religiosas, entre las que estaban el Metropolitano Atenágoras (el futuro patriarca ecuménico). 40

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