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ERZERUM: INICIO DE UN CAMINO e uando el P. Cirilo llegó a las puertas de Erzerum, comenzó a darse cuenta de la situación, todas sus pertenencias fueron revisadas por una especie de aduana turca. Necesitaba una buena propina. para librarse de esa situación. Al control del pasaporte. un sargento comenzó a interrogarlo minuciosamente y terminó con« pase, ustedes los armenios, quieren siempre tener la razón, aunque sean torturados» y le tiró el pasaporte en la cara. Verdaderamen– te, no fue para nada cortés y el P.Cirilo comentó al P.Salvatore, su compañero de viaje. -« Qué afortunado es usted. P.Salvatore. que es italiano, la escena que ha visto, es solamente el inicio de los dolores, que me lloverán durante el tiempo que sea misio– nero en Turquía»-. Y no se equivocaba. La misión en Erzerum presentó rápidamente dificul– tades de diversos géneros. que eran un verdadero flagelo. como el primer genocidio, que había sido consumado por parte de los turcos. A esta calamidad, se sumaba el frío siberiano, que en Erzerum, duraba «trece meses al año» y muchas veces, después de nevar, el térmometro bajaba a veinticinco grados bajo cero en la noche, y diez grados bajo cero, con el sol del mediodía. Y, así era, cómo. con sólo el vapor de la respiración, las pestañas, las cejas, los bigotes, la barba se congelaban. 12