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72 LA ORDEN FRANCISCANA C. - LA CIENCIA FRANCISCANA. 8.' - Conforme la Orden se glorificaba con el aposto– lado y con los altos cargos, se cubría de prestigio median– te el cultivo de la ciencia. Ya en tiempo de San Francisco existían las Universi– dades de Bolonia, París y Oxford, y en ellas florecía la ciencia franciscana de manera maravillosa. 9. - Con el gran taumaturgo de Padua. (t 1231) tuvo principio en la Orden Franciscana el magisterio de la cien– cia teológica. Con aprobación del Santo Fundador, explicó la ciencia sagrada a los frailes en sus propios conventos. Así se expresaba nuestro Santo Padre en una carta, dirigi– da a San Antonio. 11 A Fray Antonio mi obispo, Fray Francisco. Salud: Me complazco en que tú enseñes la Sagrada Teología a los frailes, siempre que por el estudio, no se apague en tí ni en ellos el espíritu de la santa oración y devoción, según lo prescribe la Regla que profesamos. Adiós", 10. - Al ingresar S. Antonio a la Orden Seráfica, era ya poseedor de una vasta cultura bíblica, teológica y cien– tífica. En cuanto al fondo de su formación doctrinal, se nota en él una marcada tendencia hacia las fuentes agustinia– nas, sin duda en gracia a la influencia ejercida por sus maes– tros de Coimbra. He aquí la razón que explica porqué des– de los comienzos del movimiento, los Doctores de la Escuela Franciscana con San Buenaventura a la cabeza, se sintieron fuertemente atraídos por el Aguila de Hipona. 11. - Esa tendencia inicial adquiere características bien definidas en la obra del Doctor Seráfico. La Orden prestó su concurso a la ciencia medioeval con las investigaciones y profunda erudición de sus gran– des doctores como: Alejandro de Hales (t 1245), Escoto

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