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LOS ESPIRITUALES 67 mente sus doctrinas, sufrió muchas pruebas y persecuciones. Los clarenistas lograron obtener durante algún tiempo cierta autonomía, y sobrevivieron hasta el pontificado de San Pío V. En su rrHístoría Septem tríbulatíonum OrdínÍs· Mí– norum" enaltece la memoria de los jefes del movimiento· de los Espirituales, e interpreta con parcialidad la vida y hechos del Seráfico Padre. 7. - Hubertino de Casale (t 1330). Carácter compli– cado, obraba más por pasión que por devoción. Sostuvo con hábil y fogosa dialéctica los ideales espirituales. Su obra: 11 Arbor cri1cifíxae vitae ]en/', es una verdadera apo– logía del joaquinismo. Después de sostener una porfiada lucha contra lo que él consideraba relajaciones de la co– munidad, obtuvo del Papa Juan XXII licencia de pasarse a los Benedictinos, ignorándose si efectivamente realizó su propó~ito. C. - EL FIN DE LOS EsPIRl1'UALES; 8. - En la época de Juan XXII y siendo a la sazón Mi– nistro General de la Orden Miguel de Cesena, (ambos ele– gidos en 1316) terminaron las luchas relacionadas con el conflicto surgido entre los Espirituales y la Comunidad. Con el propósito de conservar la unidad de la Orden, Juan XXII rechazó en la Bula 11 Quorumdam" las exigencias y pretensiones de los Espirituales (7 de Octubre de 1317). 9. - Los rebeldes bajo sus distintas denominaciones (Fraticelos etc.) fueron condenados en la Bula 11 Sancta Ro– mana'' (30 de Diciembre de 1317), mientras coq. la Bula nGtoríosam Eclesiam" (23 de Enero de 1318), daba el gol– pe de gracia al último reducto de los Espirituales en Sici– lia.. En el seno de la Orden se suceden todavía las alterna– tivas de la lucha en torno a la pobreza.

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