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EL LEGISLADOR 41 CAPITULO IV EL LEGISLADOR A. - LA REGLA FRANCISCANA. l. - En viéndose Francisco rodeado de sus primeros discípulos y compañeros, vióse obligado a pensar en una norma de vida para la realización no ya individual sino co– lectiva del ideal evangélico. Por entonces se limitó a reco– ger algunos preceptos del Santo Evangelio que constituye– ron el código de vida de los primeros franciscanos. Fué ésta la primera Regla de la Orden, (Cel. I, 31) que aprobó el Papa Inocencio III ''vivae vocis oracuto" (1209-1210) y cuyo texto auténtico nos es desconocido. 2. - Exonerado más tarde de su cargo de Ministro Ge– neral, creyó necesario el Seráfico Patriarca unificar la mul– titud de sus hijos bajo una Regla más fija y determinada. La Orden había evolucionado y necesitaba mayor precisión de normas. Muchas experiencias habíanse acumulado en los doce años que llevaba la Orden de exist,encia. 3. - En el Capítulo de 1221, en consecuencia, fué pro– mulgada la nueva Regla redactada por San Francisco y ador– nada con textos bíblicos por el docto fray Cesáreo de Es– pira. Consta de 23 capítulos en donde admiramos más la suavidad y unción de un tratado espiritual, que no la preci– sión jurídica de una ley. 4. - Pero esta Regla parecía demasiado amplia y no muy precisa para merecer la aprobación de Roma. Así las cosas, y esta vez con la colaboración del cardenal Hugoli-

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