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38 SAN FRANCISCO DE ASIS Sin ,embargo la Divina Providencia disponía otro cam– po de acción. Enfermó en España, y, apenas restablecido, hubo de volver a Italia. 3. - En 1217 pensó San Francisco en repartir a sus frailes por el mundo, organizando laJ grandes conquistas misioneras. A Siria se dirigió un grupo de valientes al mando de Su orden se extenderá por todo el mundo fray Elías. A España fué otro bajo la férula de fray Bernar– do de Quintaval, que luego fué reemplazado por Juan Parente. El tercer grupo partió para Fran– cia a las órdenes del célebre 11 Rey de los versos" fray Pacífi– co; y así fueron organizadas re– gularmente otras misiones, in– cluso la de Alemania. La prime– ra expedición a esta nación ( 12 17) , fracasó ruidosamente, debiendo volver los frailes a su nidal de la Porciúncula. 4. - Nuevamente en 1219 el Seráfico Padre se puso al fren– te de una misión hacia Oriente, con el atrevido propósito de ga– nar al Sultán de Egipto. Embarcóse en Ancona con otros varios religiosos, pues fueron numerosos los que quisie– ron seguirle. No queriendo disgustar a los que debían per– manecer en suelo europeo, hizo que un niño en nombre de Dios eligiera a los frailes de su comitiva, creyendo así resolver el conflicto. 5. - No duró mucho la peregrinación de Francisco por tierras asiáticas y africanas, pues mientras recorría la Siria,

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