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EL FUNDADOR 35 estas congregaciones son muy numerosas, ya de hombres ya de mujeres, dedicadas al, apostolad0, más amplio y va– riado: enseñanza, asilos, hospitales, prensa, asistencia so– cial, etc. La aureola más fúlgida de la Tercera Orden la consti– tuyen sus Santos y Beatos que pasan del centenar. F. - EL GOBIERNO DE LA PRIMERA ORDEN, 19. --- Entr,e los frailes que venían a la Orden los ha– bía sabios y doctos, y otros que carecían de adaptabilidad al nuevo espíritu. Había exigencias contrarias. La unidad de régimen peligraba, y cierta inquietud espiritual se ad– vertía ,en muchos mal formados. Francisco creyóse impo– tente para gobernar tanta multitud; no quería imponerse por la violencia, era más de su agrado la vida de oración que la de andar reprimiendo abusos y haciendo renacer la calma en los descontentos. 20. - Resolvió por ,ello renunciar a su jefatura, nom– brando en su lugar en calidad de Ministro General a Pedro Catáneo (1), quien había regresado de Siria en compañía del Santo, de fray Elías y de Cesáreo de Espira. E.l gobier– no de Pedro Catáneo duró poco, pues moría en Marzo de 1221, siendo enterrado ert la Porciúncula, donde se hizo memorable con repetidos milagros. 21. - Muerto Fr. Pedro Catáneo, por consejo del Car– denal Hugolino, San Francisco nombró en su reemplazo al famoso Fray Elías. Había sido provincial de Siria; tenía gran competencia, era un verdadero genio organizador y hombre de señalada cultura. Era capaz para gobernar la multitud porque tenía envergadura de mando; pero se le (1) Probablemente en 1220. Cfr. Jordán de Jano, Crónica, n9 15.
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