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26 SAN FRANCISCO DE ASIS nueva vida de penitente, conmovía a otros prudentes que, con ojo avizor, iban siguiendo las peripecias del hijo de Pietro Bernardone. A las gentes reHexivas parecíales cosa tan extraña y fuera de lo normal aquel caso, que comen– zaron ,a pensar que Francisco debía estar iluminado del cielo, obrando bajo la acción de la gracia. 3. - Francisco que reunía en su persona todos los contrastes de su época, traía misión providencial. En estas circunstancias, Dios le envió sus primeros discípulos que fueron: Bernardo de Quinta– val, Pedro Catáneo y Gil de Asís (1209). Poco a poco se rodeó de doce, (1) a quienes formó en apostolado tan sin– gular, mezcla de vida activa y contemplativa, con preva– lencia de ésta. Después, que– riendo asegurar su obra en la firmeza de la cátedra de la verdad, peregrinó con ellos hacia Roma para obtener de Inocencio III la aprobación Sus primeros compañeros del ''modus vivendi" o ''Re- gtPla prima", y dar así a su naciente instituto, la garantía legal del Supremo Pontificado. 4. - Receloso los recibió el Papa, desengañado como (1) Además de los arriba mencionados, los primeros compañe– ros del Santo fueron: Sabatino, Morico, Juan de la Capella, Felipe Longo, Juan de San Constando, Bárbaro, Bernardo de Viridente, An– gel Tancredo y Fray Silvestre. Fray Guillermo de Inglaterra sustituyó más tarde a Fray Juan de la Capella, después de su caída.

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