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20 SAN FRANCISCO DE ASIS 3. - Aunque no recibió una formación científica pro– piamente dicha ni instrucción superior, en modo alguno carecía de ella. De hecho. -Francisco en su juventud había aprendido por lo menos a leer y escribir en la escuela de San Jorge- poseía en parte el francés y el latín y estaba familiarizado con la poesía y la música del Duecento. Po– seía, pues, la formación que solía dars,e a los hijos de los grandes comerciantes. Más tarde, durante su vida religiosa, procuró aumentar estos limitados conocimientos, no sólo por la oración, sino por medio del estudio, como nos lo atestigua S. Buenaventura. 4. - Tenía suficiente capacidad para cumplir con sin– gular perfección los .deberes de cualquier estado en que la Providencia le hubi,era colocado; su generosidad le hizo desear el más alto. Por eso, dice Gemelli que la mujer no constituyó para él un peligro porque era limpio de corazón (I). Su índole simpatizaba con todas las criaturas; pero ello no fué un obstáculo para que en él creciera, con robustez nunca vista, el árbol de la gracia. Es el suyo un ascetismo singular. Sus ambiciones de caballero y mercader se trocaron en el más puro amor de Dios y celo de las almas, sin dejar d.e amar en el hombre y en las criaturas todas, lo que nun– ca dejará de ser un vestigio del poder de Dios y un obje– to de su amorosa mirada. 5. - El amor será la característica de San Francisco y de su -Orden. El amor revela el valor de un hombre y el modo de amar le caracteriza. Ese fué el secr,eto que dió a la palabra y acción de San Francisco, toda la grande– za de su poder. Poeta y hombre de acción, tuvo de Dios este instrumento conquistador de la belleza y del mun– do: el amor. (1) o. c. pág. 9.
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