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230 LA ORDEN CAPUCHINA C. - REPRESENTACION ÁRTISTICA. 15. - La Orden Capuchina no desmintió nunca su afic– ción por el arte. En su seno florecen poetas como el P. Procopio de Templim, gran vate del siglo XVII; se ,le de– ben gran número de himnos y cánticos espirituales de sa– bor litúrgico. Otro capuchino cultor de la poesía latina fué el P. Gisbert de Suiminat; en sus limpias y tersas estrofas se refleja la espiritualidad franciscana. 16. - El P. Lorenzo de Schsnifis (1633-1702), es un poeta citarista del Tirol. A los 15 años se dió al estudio del latín, del alemán y de la cítara. Se captó la simpatía de un aristócrata, quien le ofreció su castillo. Al artista le agradó la vida áulica, pero se vió lleno de remordimientos y la muerte repentina del archiduque Fernando de tal manera le impresionó, que volvió a su patria lleno de graves pen– samientos. En el camino, un ermitaño le aconsejó hacerse religioso y entró en la Orden Capuchina. Con permiso de sus superiores utilizó su arte como medio de apostolado. Dícese que de él empezó la costumbre de consagrar el mes de Mayo a la Virgen María. En nuestros días merece, citarse el P. José Antonio de San Sebastián (P. Donostia) en la música; cultiva el gé– nero popular. Sobresalieron en el arte de la pintura: I 7. - Bernardo Strozzi (1581-1644), verdadero genio de la pintura, el más grande pintor de la escuela genovesa; una de las más originales y fuertes personalidades del Set– tecento italiano. 11 Pictorum splendor et Liguriae decus'', co– mo reza la inscripción de su sepultura. Su arte se asemeja al de Murillo en España. De mucho mérito fueron los pintores: 18. - Cosme Piazza, Esteban de Carpí, Camilo de
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