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222 LA ORDEN CAPUCHINA 25. - L11is Vacchini (t 1882), obispo de UrbaniaJ gran prelado, predicador y escritor brillante; más que sus ser– mones nos admiran sus pastorales de doctrina apologética y de controversia. Expuso el dogma y la moral; nos habla además del gran afán de León XIII por la V. O. T. En sus escritos gozaba en tratar preferentemente temas francisca– nos relacionados con la Orden a que pertenecía. G. - ASCETICA Y MISTICA, 26. - La ascesis franciscana exige el gradual despojo de nosotros mismos mediante una lenta pero progresiva transformación en Cristo. La imitación de Jesucristo debe ser considerada, no ya como un estado de extraordinaria con– templación, sino como una regla o norma práctica de vida. 27. - Nuestros esclarecidos ma,estros en la Ascética y en la Mística se distinguieron siempre por su sana ortodo– xia y segura orientación aún en tiempos en que, por los errores y falsas teorías en boga, eran causa de no poca de– sorientación y confusión en los espíritus. El caso de Ochino fué, al mismo tiempo que una excepción, una seria adver– tencia para la Orden. 28. - Los dones divinos convierten en oro el vaso en que se depositan. La sed de perfección no se apaga con la ciencia ni con el agua del mundo. Hay que beber la per– fección en libros selectos. Poco después de iniciarse el proceso de decadencia del siglo de oro de la Mística española, (damos a esta palabra una acepción muy amplia) comienza para Francia la época de los grandes oradores sagrados y de los escritores espiri– tuales. En este vigoroso movimiento renacentista de la es– piritualidad francesa, tienen buena parte los capuchinos,
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