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L A O R D E N Y L O S E S T U D I O S B I B L I C O S 207 mente y dominaba tan perfectamente las lenguas orienta– les (griego, hebreo y arameo), que sus contemporáneos y los mismos judíos vieron en él, un verdadero oráculo, Has– ta los mismos rabinos le admiraban. Sabía de memoria toda la Sagrada Escritura, no sólo en latín, sino también en hebreo. Se dice que si se hubiese · perdido el texto hebraico, S. Lorenzo lo hubiera podido es– cribir todo de nuevo. A su ciencia escriturística y lingüística añadía una óp– tima preparación filosófica, dogmática y patrística. Es por eso que su exégesis tiene gran autoridad crítica y teológica. 7. - Se había propuesto comentar casi todos los Li– bros Sagrados, pei'O no pudo r,ealizar su deseo por las múl– tiples tareas que de continuo reclamaban su atención. Entre sus obras, publicadas por los capuchinos de la provincia de Venecia, encontramos una sola de carácter bíblico y es la 11 Explana#o in Genesim''. Trabajo en rea– lidad de gran valor exegético. El P. Dionisio de Génova afirma haber visto una 11 Ex– planatio in Ezechielem" de S. Lorenzo, pero hasta ahora no apar,ece entre sus escritos. También lo cita el "Dictionnaire de. la Bible", París 1926, Vol. II, col. 2386. 8. - P. Bernardino de Piqttigny (1633-1709); vivió siempre dedicado a los estudios bíblicos. Fué además apre– ciado filósofo, gran teólogo, buen conocedor de la Patro– logía y asiduo cultivador de las bellas artes. Comentó los cuatro Evangelios y las Epístolas de San Pablo, desarrollando una triple exposición; paráfrasis (tra– ducción explicada del texto), exégesis y reflexiones ascéticas. • Sus obras se titulan: 11 Epistolarum B. Pattli Apostoli triplex expositío'', Paris 1703, y Triplex expositio in Evan- · geli11m''.

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