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EXPANSIONEN EUROPA 129 9. - La pequeña comunidad fué aumentando; sus miembros vestían el hábito capuchino y en los labios del pueblo sonaba con afecto y estimación el mismo nombre. Sin embargo, la posición de los reformados de Pie– pus era ilegal, pues no existía un vínculo jurídico que los uniés,e con la Orden que en Italia erá. ya realidad histó– rica al par que jurídica. Todo esto lo sabían los Obser.. vantes de París, que no miraban con buenos ojos a aque– llos austeros eremitas. 10. - El Obispo Aymeric alcanzó de Carlos IX un decreto de protección para los Capuchinos de Picpus (1572). Mirados con simpatía por el Rey, no pudieron menos de gozar también de la protección de Catalina de Médicis, la reina Madre, quien se interesó g1·andemente por ellos. EN ROMA. ll. - Entre tanto, Pedro Deschamps emprendió viaje a Italia con el propósito de legalizar su situación y la de sus compañeros; para ello contaba con recomendaciones de gran consideración y peso. Una vez allí, asistió al Capítulo General de Ancona, (1573) donde se decidió enviar a Fran– cia a dos religiosos. Ellos fueron: el P. Dionisio de Milán y fray Remigio de Lodi, hermano lego (1); iban con el pro– pósito de examinar e inspeccionar la nueva fundación de Picpus. 12. - Fueron recibidos con grandes muestras de apre– cio por la Corte y por el Cardenal de lorena. Salvadas al– gunas dificultades que se relacionaban con la pobreza, se llegó a un acuerdo satisfactorio (2). (1) Anal. Or. FF. Min. Cap. vol. 5 pág. 81. (2) Cfr. P. Cuthbert o. c. pág. 81.

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