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128 LA ORDEN CAPUCHINA preparaban ,el terreno para la entrada de los Capuchinos en Francia. Un joven religioso observante, Pedro Deschamps, del convento de París, empapado en el espíritu de las antiguas crónicas de la Orden, anhelaba seguir los ejemplos de es– tricta observancia. Renovando las aventuras de fray Mateo de Bascio, in– terrumpió sus estudios para dirigirse a España (1564), atraí– do por el aroma de las virtudes admirables de S. Pedro de Alcántara, y por la fama de su apostolado de reforma. 6. - Fallaron sus planes y fué encarcelado como fu. gitivo. Por último logró escapar y estuvo tres años en España. De allí pasó a Roma (1567), donde conoció a los Capuchinos; y entusiasmado por la forma de vida que se llevaba en el nuevo instituto, pidió ser admitido. Había pensado regresar luego a Francia e introducir la Reforma en su patria; pero debido a la prohibición de Pablo III, se le aconsejó volver a París y vivir en el espíritu capu– chino hasta que la Providencia lo dispusiera todo según su voluntad y beneplácito. 7. - Una vez en Francia, con su compañero fray Mi– guel se establecieron en ,el barrio parisiense <le Picpus; de aquí el nombre que asumiera la nueva comunidad. Allí se le unieron dos sacerdotes: Pedro Beson de Dreux, quien derramó más tarde su sangre por la fe; y Daniel, de Chau– mont, piadoso eremita de Argenteuil. 8. - Los Observantes, al descubrir a fray Pedro Des– champs, lo encarcelaron nuevamente como fugitivo; pero esta vez el Obispo de Sisternon, Aymeric de Rochechouart, defendió y tomó bajo su protección a los cuatro ermitaños. Fray Pedro fué ordenado sacerdote y la Capilla de Picpus fué consagrada, recibiendo como titular a la Virgen Sma., bajo la advocación de Santa María de los Angeles.

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