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122 LA ORDEN CAPUCHINA H. - HORIZONTES MAS SERENOS. 46. - En el Capítulo de Pentecostés del año 1543 fué elegido Vicario General el mismo Francisco de Jesi, hom– bre de Dios, quien con su paternal benevolencia recorrió las provincias animando y confortando el ánimo afligido de los religiosos. Era este santo religioso el retrato del ver– dadero fraile menor según el espíritu de San Francisco; tenía láurea doctoral; había sido propuesto para obispo, mas renunció a todo para ser capuchino. 47. - El Vicario General buscando la orientación al. par que el consuelo de la afligida grey, convocó una reu– nión en Asís en ocasión de la fiesta de la Porciúncula. Los religiosos alli reunidos sumaban unos 200. Nuevo examen hubo de sostener Francisco de Jesi en 1545, contestando a 19 artículos sobre los puntos de doctrina católica impug– nados por los protestantes. Fueron tan satisfactorias sus respuestas, que Pablo III no dudó en volver a toda la Orden la facultad de predicar. · 48. - Bernardino de Astí, elegido en 1546, continuó con excelentes resultados la obra de consolidación ini– ciada por Francisco de Jesi, en tanto que figuras como la de Angel de Savona (t 1556), predicador insigne, devol– vían a la Orden el aprecio y estimación ante la tornadiza. e inscontante opinión popular, siempre de cortas y men– guadas entendederas. 49. - En el Concilio de Trento (1545-63) se decidió conceder al Vicario General de los Capuchinos, P. Tomás de Cittá di Castello, un lugar entre los Superiores Mayo– res de Ordenes religiosas. Y al tratarse de la propiedad en particular y en común de las Ordenes, reclamó el Vica-

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