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PRUEBAS Y EXITOS 119 observantes, para impulsar así la reforma interna, que no pasaba de ser una aspiración de algunos espíritus bien in– tencionados en el seno de la Observancia. 36. - Así las cosas, Bernardino de Astí elevó al Papa un extenso memorial en el que se desbarataban todas las intrigas y acusaciones propaladas contra su Orden. 37. - Por súplica del Cardenal Sanseverino, el Papa les autorizó ocupar Monte Casale (Marzo de 1537) que había sido morada del Seráfico Padre. El· Cardenal Folinari les dió la iglesia del Monte de San Juan, en la, diócesis verulana. G. - LA PiWEBÁ DE FUEGO. 38. - El trienio 1538-41 pasó con relativa calma; pe– ro fué ello una tregua solamente (1). Gobernaba a la sa– zón la Orden el famoso. Bernardino Ochino, el célebre predicador que ponía en conmoción las ciudades enteras de toda Italia, y a cuyos sermones acudían cardenales y príncipes. 39. - Elegido por primera vez Vicario General en 1538, fué reelegido en 1541, al mismo tiempo que se le señalaba como candidato a la púrpura cardenalicia. Su renombre hacía exclamar al pueblo: "Felices los Capuchi– nos que poseen un tal hombre". · 40. - Su prestigio al par que su austeridad, mezclada a su prudencia, contribuyeron en gran manera al desarro– llo de naestra Orden. Sin embargo todo ese renombre y gloria no tardaría en desmoronarse con deplorable estré- (1) En Octubre de 1540 moría el Cardenal Quiñones, uno de los más acérrimos y potentes adversarios de la Reforma. Alguien dijo de él que en la última enfermedad se encomendaba a las oraciones de los Capuchinos, .mostrando simpatías y benevolencia hacia ellos.
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