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98 LA ORDEN CAPUCHINA CAPITULO III VICISITUDES DE LA NUEVA ORDEN A. - Los CAPUCHINOS EN LA CIUDAD ETERNA. l. - Muy pronto el P. Ludovico hubo de empuñar las riendas del gobierno, pues el P. Mateo, una vez que hubo visitado los cuatro conventos de la Orden, declinó en sus manos, como ler. Definidor, el cargo de Vicario Ge– neral. No había pasado todavía dos meses en el desempeño de su cargo, cuando sus propias inclinaciones y su carácter individualista le hicieron tomar esa decisión. 2. - El P. Ludovico, nombrado Comisario General por Clemente VII, con su característica energía y decisión, se mostró dispuesto a llevar adelante la causa de los Refor– mados. Su sueño era establecerse en Roma. Consideraba que allí los Capuchinos estarían más a salvo, mejor defen– didos y protegidos por la Roma papal. La duquesa Catalina empeñó toda su poderosa influencia para el logro de este propósito. 3. - Parece que por medio de dos de sus hermanos, Juan Bautista y Lorenzo Cibo, lograron los Capuchinos introducirse en Roma y establecerse en el Hospital de In– curables, en calidad de Capellanes. También se habla de la intervención del sacerdote Francisco Vanuzzi, limosnero del mismo Hospital. En Agosto de 1529 el P. Ludovico se instalaba en nom– bre de la Orden, en fa pequeña iglesia de Sta. María de los Milagros y en la casa contigua; todo ello propiedad del Hospital, ubicado en las cercanías de la Plaza del Popolo.

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