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Es muy significativo su comportamiento en los banquetes de la corte. Permanecía muy poco tiempo sentada. Iba de un lado para otro de la sala, pendiente de que todos los comensales estuvieran debidamente atendidos . De esta manera disimulaba que apenas pro– baba los alimentos. Hay que dejar muy claro desde el principio los móviles de su pobreza . Isabel, como antes lo hiciera san Francisco, no miraba la pobreza como un fin en si misma, sino como un elemento esencial en la vida del que se dice discípulo de Cristo. En última instancia como un modo peculiar de concretizar el camino del evangelio. Isa– bel quería ser pobre fundamentalmente por amor e imitación de Jesús , porque era condición indispensable para su seguimiento . Pro– bablemente ella como los franciscanos en general, alimentaba la idea de que no hay camino más derecho al corazón del evangelio que el corazón del hombre pobre. Santa Isabel, radicalmente pobre , aparece en toda su impresio– nante pobreza cuando se retira a Marburg, libre de compromisos sociales, con absoluta libertad para dar rienda suelta a los impulsos de su generoso corazón. Es sorprendente y emocionante con qué decisión se va impo– niendo renuncias hasta situarse en el mismo plano económico y social de los pobres a quienes atiende. Empezó por la casa. Como señora de Marburg -Enrique le dio en feudo la ciudad y un montón de pueblos de sus alrededores- pudo ocupar una de las casas lujosas o cómodas y amplias de la ciudad . Todos lo habrían visto natural. En otro lugar de esta biografía vimos cuales fueron sus preferencias. Se construyó para residencia habitual una humilde casita, como la de los habitantes más pobres, hecha de madera y barro y de muy reducidas proporciones. En la línea de la casa estaban los alimentos. Las rentas que percibía la señora de Marburg eran intocables, se reservaban exclu– sivamente para cubrir los muchos gastos del hospital san Francisco. Ella y sus colaboradoras sólo podían contar con los beneficios de su trabajo -en ratos libres hilaban para las religiosas del monasterio de Althemberg- y alguna limosna esporádica. 154

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