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CAPÍTULO XXV ÚLTIMO ENCUENTRO CON EL ESPOSO Un suceso de especial resonancia en el alma de Isabel hizo que interrumpiera el programa de peregrinaciones. En Andechs, recibió un mensaje de su tío Egberto. Le comunicaba que los caballeros cruzados de Turingia con los restos mortales de Luis, su esposo , se acercaban a Bamberg. La noticia fue para ella como una fuerte ráfaga de viento que reavivó el rescoldo de todos los días y de todas las horas vividas con su esposo , el hombre a quien había amado con todas las energías de su corazón casi adolescente. Le causó también especial emocton, el pensamiento de que la gesta realizada por Luis y que le había costado la vida, fuese celebra– da y valorada por todas las gentes de su querida Turingia. Pocas etapas faltaban ya a los caballeros para cumplir la promesa que habían hecho a su amado príncipe en el lecho de muerte; que traerían su cuerpo a Turingia para que reposara en el Monasterio de Reynhartsbrunn . Después de luchar por la liberación de los Santos Lugares, los caballeros inhumaron en la ciudad italiana de Otranto el cuerpo de Luis, lo depositaron en una preciosa caja de madera y cinc y orga– nizaron el regreso a Turingia. La comitiva se paraba en las poblacio- 139