BCCCAP00000000000000000000457
y que un segundo matrimonio no entraba en sus planes de futuro. Para evitar que el arzobispo volviera a la carga con el tema del matrimonio, Isabel programó varias peregrinaciones a famosos san– tuarios de Alemania central. Primero visitó el santuario de Erfurth; se hospedó en el convento de las Señoras Blancas, hoy habitado por las Madres Ursulinas; en esta casa muestran la alcoba y un vaso de agua utilizado por la santa . Estuvo después en el santuario de Andechs, próximo a los Alpes que separan a Baviera del Tiro!. En agradecimiento por la acogida que la dispensaron los benedictinos, Isabel les hizo dos regalos muy estimados por ella: su traje de novia y una cruz de plata con reliquias de los instrumentos de la pasión del Señor. Ambos regalos se con– servan en el monasterio a pesar de los avatares y situaciones, algunas muy difíciles por las que ha pasado, en sus casi ocho siglos de historia. 137
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz