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C APÍTULO XVII DESPEDIDA SIN RETORNO Esmalkalda, pequeña y hermosa población situada casi en los límites fronterizos de Turingia con Westfalia, es la estampa mejor lograda de las ciudades centro europeas; brumosa, con los cielos desesperadamente opacos, de casas forradas de madera y tejado de pizarra muy en declive para que en invierno no se acumule la nieve. De octubre a mayo da la impresión de ciudad muerta. Casi toda la vida se tiene en el interior de las casas, muy bien equipadas, para contrarrestar las duras condiciones de la climatología. Hoy Esmalkalda es un bello rincón de Alemania a propósito para el ocio en los fines de semana y el verano. Posee también manan– tiales de aguas termales que atraen a muchos afectados de procesos reumáticos. Luis como principal responsable de la cruzada en sus tierras , había comunicado a los caballeros de Turingia y Hesse , que el 24 de junio fiesta de san Juan Bautista debían estar concentrados en la ciudad de Esmalkalda. La víspera de la fecha, la pequeña ciudad vio pasear por sus calles riadas de gente con atuendos variopintos; hom– bres de armas con uniformes de campaña, damas de la nobleza con amplios y elegantes vestimentas, niños y personas de avanzada edad. Eran los expedicionarios y sus familiares. 101