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50. 1 Celano 53 : «...se consideraba a sí mismo vaso de perdición» (X, 40 ss.). 51. 2 Celano 126 (X, 204). 52. Sería falsear la concepción del Santo si se qms1ese en– contrar en él alguna expresión favorable a aquella concepción de Lutero : lo que no viene de Dios, es contra Dios, en sentido de pecado mortal. 53. 1 Celano 26 (X, 22). 54. Analelí:ten, 45. 55. 2 Celano 133 (X, 208); 112 (X, 196 SS.); 116 SS. (X, 199). 56. Analekten, p. 33 ss. 57. Para 1a completa elaboración del tema habría que tener en cuenta los diversos sueños-visiones, en las que se manifiesta simbólicamente la gran actividad del Santo. Por ejemplo, cfr. Los Tres Compañeros, XII: «yo soy aquella pobre mujer del de– sierto, a la que Dios adornó con su amor misericordioso... Y me ha dicho el Rey de los Reyes que El alimentará todos los hijos de mí nacidos» ,p. 71 ss.). 58. «Así me dio el Señor... El Señor me llevó entre ellos... El Señor me dio tanta fe en las iglesias... El Señor me dio y da tanta fe en los sacerdotes... Y después que el Señor me dio cuidado de fi:ailes, ninguno me enseñaba lo que yo debía hacer, sino que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio... El Señor me reveló que dijésemos este ;;aludo: "el Señor os da paz...". Así como el Señor me dio pura y simplemente decir y escribir la Regla y estas palabras...» (Analekten, p. 24 ss.). 59. Sólo unos textos entre los muchos que podrían aducirse: 1 Celano 108 : «antes de su muerte bendijo a cada uno de ellos según la inspiración de lo alto» (X, 83). 2 Celano 1: «El ministro general y el Capítulo determinaron, no sin inspiración divina» (X, 129). 2 Celano 15: «abren el libro y en él les mostró Cristo su volun– tad» (X, 140). 2 Celano 104 : «El cardenal aceptó la interpretación del santo, porque ella venía de Dios» (X, 192). 1 Celano 15: «El obispo de Asís entendió que tai decisión venía de Dios» (X, 14). 2 Celano 3 : «E.l nombre de Francisco procedía de Dios; su madre habló sobre el porvenir del niño ilustrada por reve– lación11 (X, 131), Los Tres Compañeros, XVI: «el sueño de la pequeña gallina blanca : conoció por el Espíritu Santo...» (p. 86). lbid., XII : «el suceso había sido predicho ,por divina revelación. El Papa Inocencia le dijo : "ruega a Dios para que El te revele"» (p. 70 ss.). lbid., XIII : «sus palabras tenían una fuerza no aprendida de hombre alguno» (p. 74). Hay que reconocer: 1) que este «Dios me dio» o «Dios me reveló» no hay que tomarlos en sentido teológico de una reve– lación propiamente dicha; y que, 2) los primeros biógrafos 86

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