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3 Fuerza inmensa de su vida interior Ya desde el primer momento ilumina nuestra inves– tigación este hecho: Que siendo Francisco, a todas lu– ces, una fuerza histórica de primer orden, con todo no se deja explicar con facilidad. De hecho existe una singular discrepancia, muy lla– mativa, entre la enorme impresión que su persona causó en sus contemporáneos y su obra renovadora del mundo, si lo comparamos con lo que podemos decir sobre su vida, según lo que dan de sí los sucesos y hechos exter– nos de la misma. Impresionantes y dignas de atención son las diversas etapas del proceso de la conversión y algunas de ellas poseen una fuerza penetrante y conmovedora: Francisco que besa al leproso; la emotiva escena de Francisco desnudo ante su padre Bernardone y el Obispo de Asís, escena que es la más radical realización de las palabras del Señor: "Y o he venido a levantar al hombre contra su padre... " (Mt 10, 35 ss.). Posteriormente encontramos todavía alguna que otra escena de ,singular importancia: las audiencias en la Corte papal; el encuentro con el Obispo Hugolino y con Clara; el viaje a Oriente; en general, los Capítulos de la Orden, descritos algunos con rasgos más precisos; y, sobre todo, la impresión de las llagas. Finalmente los escritos del Santo: el Cántico del He1·mano Sol, el Tes– tamento, algunas oraciones y cartas, y sus Reglas. Todo este conjunto de cosas no parece ser suficiente como para dar un impulso a la historia universal. Pero, precisamente esta falta de acontecimientos de primer plano es ya de por sí significativa : nos remite totalmente a fuerzas de lo alto y de lo profundo, a rea– lidades que acaecen en el secreto del alma: el Reino de Dios está dentro de vosotros (Le. 17, 21). 36