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14 Fr. Aurelio de Vinalesa lución sacramental y añadiendo: "Gri– tad fuerte: ¡Viva Cristo Rey!". Fue asesinado el 28 de agosto de 1936. Su cuerpo fue sepultado en el ce– menterio de Poyos (Valencia), en cuyo término había sido asesinado. Pasada la guerra civil, fueron exhumados sus res– tos y trasladados al cementerio de Vina- • l lesa el 17 de septiemb{e de 1937. Ac-, ( tualmente descansan en la capilla de los mártires capuchinos del convento de la Magdalena de Massamagrell. ---. El P. Aurelio conservó la disponibili– dad interior, desde el momento en que fue apresado hasta su muerte, mante– niéndose en todo momento fiel a Cristo. "Conservó la serenidad hasta el último momento - dice de él Rafael Rodrigo, testigo de su martirio- animándonos a todos los que íbamos a morir. Dispuesto ya todo para la ejecución, nos exhortó a que dijéramos la fórmula del acto de contrición. Así lo hicimos y cuando el Siervo de Dios estaba recitando la fór– mula de la absolución, un miliciano le dio dos bofetadas. Alguien del grupo de los milicianos le dijo al compañero que no le abofetease más, pues para el tiem– po que nos quedaba de vida no merecía la pena. El Siervo de Dios permaneció inalterable ante esta injuria, continuan– do hasta terminar la absolución. Ape– nas terminó el Siervo de Dios de cum– plir su sagrado deber, sonó una descar– ga y caímos todos repitiendo con él el grito de '¡Viva Cristo Rey!"'.

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