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_____ 11. TEMAS EN TORNO A MI PENSAMIENTO CRISTIANO con el equipo amigo de Salamanca. Y algo creo que he– mos conseguido.... A despecho del individualismo hispa– no que tanto aún nos atosiga. He aquí las cinco secciones en que he espaciado mi itinerario mental -cinco vías, siguiendo la metáfora itinerante-: 1) Temas esenciales de mi pensamiento cris– tiano. 2) Mi visión cristiana de la historia 3) Estudios so– bre el desarrollo del pensamiento filosófico medieval. 4)Aportaciones al conocimiento de la problemática ibero– americana. 5) Interpretación delfranciscanismo como for– ma mentis et vitae. Ya que tan sólo me es dable ofrecer en esta ocasión mis textos preferidos de la sección primera, de la que lue– go hablaré, me permito ahora hacer una brevísima pre– sentación de las cuatro restantes. Muestro en ellas mi panorámica mental, en la que se puede atisbar más pre– guntas que respuestas. Mi visión cristiana de la historia, tema de la sección se– gunda, la he expuesto en varios escritos, dos de los cuales son comentario a encíclicas del Papa que más ha influido en mi vida mental: Juan XXIII. En uno de ellos: «Cris– tianismo y culturas humanas. Con motivo de la Princeps Pastorum de Juan XXIII» (Naturaleza y Gracia, 7 [1960], 259-294), me enfrento con el magnífico hecho actual del encuentro mundial de culturas y el desafío que este he– cho lanza al pensamiento cristiano. Unido al optimismo de Juan XXIII veo en este encuentro de culturas una hora coyuntural para mostrar que lo valioso de toda cultura hu– mana puede y debe ser asumido y refrendado por el cris– tianismo. Éste, al querer ser recapitulación de todas las cosas en Cristo, no toma una vía negativa de rechazo, sino asun– tiva de cuanto bueno y digno ha sido creado por el hombre. En el libro-programa: Presupuestos filosóficos de la teo– logía de la historia (Zamora, Monte Casino, 1975), pre– senté un boceto de cómo veía la esencial problemática de la historia. El gran hispanista Alain Guy (Histoire de la Philosophie Espagnole Univ. de Toulouse-Le Mirail, 1985, 2~ ed., p. 317) ha valorado la obra exponiendo su conte– nido, del que gusto extractar algunos puntos esenciales: «Il y médite, de fa;:on novatrice, sur l'historicité et sur sa signification dans la foi chrétienne... Rivera se deman– de ensuite comment se deroule !'historie; il récuse l'hege– lianisme et le positivisme historique, en optant pour une conception spiritualiste, organique, personnaliste et dia– logique... Puis il cherche comment nous pouvons con– naí:tre l'histoire...». Insisto por mi parte en que fue elaborada esta obra como texto-programa, en espera de un ulterior y más trabajado desarrollo. Pero mantengo la con– clusión con la que cierro mi estudio publicado aquí so– bre la visión cristiana de la historia en sus textos. Es decir, que desde San AgustÍn este gran tema ha ido rodando a lo largo de los siglos, siempre en merma hasta el presen– te. En nuestros días parece haber sonado la hora de que un nuevo San AgustÍn - éste no singular sino colectivo por lo ingente de la inmensa obra- se ponga, en un es– fuerzo aunado, a planear la Nueva Ciudad de Dios del si- 26/SUPLEMENTOS ANTHROPOS Preámbulo __________________ glo XX. Magnum opus llamó San Agustín a la suya. Hoy el magnum se nos queda pequeño. Mayor motivo e inci– tación al trabajo colectivo que se entrevé. Y ante el cual me permito sencillamente decir: «Que por mí no quede...» Mis estudios sobre el pensamiento medieval cristiano forman la sección tercera. Ha sido el período de la filoso– fía por mí más cultivado, siempre en conexión con el pen– samiento griego del que tan ampliamente depende el medieval. Pero en el análisis de esta dependencia, tan exa– gerada por E. Bréhier, que llega a negar toda originalidad a la filosofía cristiana, advertÍ, enlazando mis reflexiones con las de E. Gilson, que la filosofía de los doctores me– dievales asume de la mentalidad bíblica múltiples temas e ideas. Esta mi visión histórica intenté plasmarla en este meditado estudio: «Hacia una interpretación de las gran– des síntesis del pensamiento cristiano (a propósito de la obra de F. Van Steenberghen: La philosophie au Xllle. sie– cle)» (Salmanticensis, 18 [1971], 313-349). Por malaventu– ra, esta vez el subtÍtulo se comió el tÍtulo. Y lo que desde la primera palabra: «Hacia...», apuntaba a una búsqueda conjunta, fue interpretado por el mismo Van Steenber– ghen como un ataque frontal a su obra, por mí declarada reiteradamente muy meritoria, pero igualmente manca en temas sustanciales. Lo hizo en este su estudio: «La philo– sophie au XIIIe siecle. Dialogue avec le P. Enrique Rivera de Ventosa» (Sapientiae doctrina. Mélanges... offerts a Dom H Bascour, O.S.B., Leuven, 1980, pp. 359-374). Imposibi– litado por el ritmo de mi vida a discutir largamente las afirmaciones que juzgo inconsistentes del docto profesor de Lovaina, como respuesta inicial remito al lector a mi estudio: «Comentario a la breve cuestión De ideis de San AgustÍn» (La Ciudad de Dios, 100 [1987], 259-271), don– de me parece haber claramente demostrado, contra la opi– nión de Van Steenberghen, que el ejemplarismo no surge como cuestión teológica, sino que San AgustÍn, su gran sistematizador, la vincula, al formularla en el breve trata– do De ideis, a la doctrina de las ideas platónicas. Y esto de modo reiterado y explícito. Pero al margen de esta y otras cuestiones que deberán ser clarificadas, reitero que aquí y en otros varios estu– dios sobre las fuentes patrísticas de la escolástica, especial– mente sobre San Agustín, he querido poner de relieve, más que lo que divide a los doctores escolásticos, lo que mutuamente los complementa. Ha~e muchos años opté por esta vía. Y por ella sigo realizando mis investigacio– nes, para mostrar la riqueza del pensamiento cristiano me– dieval que a veces da una impresión esquelética a lo largo de sus incontables discusiones. De un «Gemeingut» -bien común- de la escolástica se habló un tiempo. Pienso que también ha llegado la hora de poner en relevancia este «Ge– meingut». Y de enriquecerlo con todo lo que sea verda– dero: en sí mismo o en su método. Y esto, venga de donde v1mere... Los estudios que he publicado sobre la problemática americanista los encuadro dentro de la sección cuarta de mi vida mental. Debo decir que esta sección me ha sido impuesta, sobre la obligación que ya tenía de conocer el 61
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