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11. MIS TEXTOS PREFERIDOS. TEMAS EN TORNO A MI PENSAMIENTO CRISTIANO Preámbulo La dirección de Anthropos me ha pedido con benévola exigencia una selección de aquellos mis textos hacia los que siento preferencia. Al ponerme a tarea tan grata, si bien muy comprometida por no ser nadie buen juez en causa propia, me vino a la mente facilitar al mismo tiem– po el deseo que tiene alguno de mis jóvenes amigos de poder historiar el desarrollo de mi íntimo pensamiento en toda su amplitud. Por ambos motivos he juzgado ne– cesario distribuir el centenar de mis estudios en diversas secciones. Y dentro de ellas ir anotando la progresiva ma– durez que a lo largo de los años he podido alcanzar. Me reconozco una vez más un pensamiento relativamente tar– dío. Al polo opuesto de lo que se dice de Schelling, quien en su juventud alcanzó altas cimas en su pensar. (Sobre el mismo acabo de publicar seis recensiones -per modum unius- en Naturaleza y Gracia, 37 [1990], 325-329.) Mi incansable avidez de lectura me hizo ver deficiencias en los más preclaros sistemas y, al mismo tiempo, la honda verdad ínsita en cada uno de ellos. De aquí mi tendencia a la espera, reforzada por mis continuos diálogos con quie– nes no compartían mis convicciones filosóficas, ancladas en un pensamiento declaradamente cristiano. Éste lo he nutrido de los grandes doctores de la patrística cristiana y de la gran escolástica medieval. Pero mis lecturas, mis diálogos, mi intervención en congresos nacionales e in– ternacionales de filosofía me hicieron ver lo mucho bue– no que podía asimilar mi pensamiento en los grandes filósofos modernos. Aun en los más opuestos a mi senti– do cristiano del pensar y del vivir. Con muy benévola intención me ha tildado uno de mis Íntimos de cultivar un socratismo cristiano. Debo res– ponderle que si G. Marcel, tan de mi estima, no pudo rehuir este título -muy enemigo de todos ellos-, yo he dado en esta vía un paso más y me he sentido dichoso en querer reproducir algo de aquella inigualable mayéuti– ca pedagógica, tan cultivada por Sócrates. Fiel a ella, quiero dejar reseñadas aquí mis páginas preferidas con la inten– ción recalcada de que sirvan (mayeúticamente) a esa con– tinuidad creadora, que vengo cultivando, especialmente 60 SUPLEMENTOS ANTHROPOS/26

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