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_______________ 111. DOCUMENTACIÓN la historia. Sólo la concepción cristiana aclara este enig– ma al señalar que sus verdaderos agentes son el hombre como individuo responsable, dotado de inteligencia y vo– luntad, y la Providencia de Dios, que engarza su acción con la del hombre de un modo misterioso y eficaz, aun– que sin detrimento de la libertad humana. Claro y orien– tador. Más apto para la propaganda católica que para servicio de los investigadores. MARÍAS, Julián El método histórico de las géneraciones Madrid, Rev. de Occidente, 1949, 192 pp. Intento de síntesis en la línea de Ortega y Gasset. Hace historia del problema de las generaciones. Concluye así: 1) existen generaciones en la estructura de la vida; 2) en un momento histórico coexisten varias; 3) constituyen la marcha efectiva de la historia; 4) cada generación dura quince años. Difíciles de precisar, pero son los motores de la historia o mejor de la intrahistoria de los pueblos; estas fuerzas subterráneas son las más potentes. Buen in– tento, con novedad temática. MARITAIN, Jacques Filosofía de la historia [«On the philosophy of history»] Trad. J.L. García Venturini, Buenos Aires, Troquel, 1960, 154 pp. No es una síntesis de filosofía de la historia, sino estudios sobre problemas de la misma. Expone nociones funda– mentales y defiende que la filosofía de la historia perte– nece a la filosofía moral. Lo más importante son las «Leyes de la historia». Distingue leyes funcionales y leyes vecto– riales. Entre las primeras la ley del doble progreso con– trario, es decir, el aumento simultáneo en la historia de las fuerzas del bien y del mal. Entre las vectoriales co– menta su discutida ley del tránsito de la civilización «sa– cra» a la «secular» o «laica». Aunque incompleta, es profunda e impregnada de sentido cristiano. No obstan– te, hay que lamentar ese liberalismo a ultranza en sus es– tudios sobre la sociedad, la política y la historia. 5. Sentido de la historia BERLIN, Isaiah Lo inevitable en la historia [«Historical Ínevitability,>] Trad. N. Lerner, Buenos Aires, Galatea, 1957, 109 pp. Contra muchos pensadores que han subrayado en la his– toria un rígido fatalismo ineludible, como único y nece– sario sentido de la misma, levanta bandera en pro de la causalidad eficiente, haciendo ver que en la historia el gran responsable es el hombre. «Solemps llamar inevitable 26/SUPLEMENTOS ANTHROPOS Comentarios bibliográficos _____________ a aquello que no nos empeñamos en evitar.» Combate el determinismo histórico y la idea de que este determinis– mo es el único sentido de la historia. Obra incompleta por declinar exclusivamente hacia la causalidad eficiente humana, sin señalar a la historia ninguna meta firme y segura. BERNHARDT, Joseph El sentido de la historia [«Sino der Geschichte»] Trad. H. Gómez, Madrid, Pegaso [s.a.], 200 pp. Se publicó como prólogo a la Historia de los Pueblos Rec– tores de Finke - Junker - Schnürer. Despierta a los gran– des problemas de la filosofía de la historia antes de adentrarse en la analítica de los hechos empíricos. Obra bastante oscura. La línea directriz es que la historia uni– versal, al no poder dar razón de sí misma deja de ser cien– cia en sentido estricto y necesita dar paso a otra luz que es la revelación bíblica. La exposición de los diversos sis– temas metafísicos sobre el sentido de la historia es clara y lograda. Más que soluciones, suscita preocupación e in– quietud. DUJOVNE, León Teoría de los valores y filosofía de la historia Buenos Aires, Paidós, 1959, 454 pp. No habla del fin o sentido de la Historia pero implí– citamente muestra su conexión con los valores: la His– toria interpretada en función de los valores que realiza. Exposición objetiva de los diversos sistemas. Interpretación errónea de lo medieval influida por Ortega (En tomo a Galileo): «para el puro cristianismo, el mundo y la naturaleza carecen de interés». No señala valores absolutos en el hombre. Deja sin respuesta la pregunta sobre el sentido de la Historia y el humanismo cris– tiano. La Historia es campo donde florece la fecundi– dad del espíritu humano, sin dogmatismo alguno. Pero ¿puede existir vida de pensamiento sin algunas convic– ciones? JASPERS, Karl Origen y meta de la historia [«Vom Ursprung und Ziel der Geschichte»] Trad. F. Vela, Madrid, Rev. de Occidente. 1953 2 307 pp. «En mi esbozo voy inspirado por la convicción de que la humanidad tiene un origen único y una meta final. Pero no conocemos en absoluto ni este origen ni esta meta. Únicamente los entrevemos en el vislumbre de símbolos equívocos entre los que se mueve nuestra existencia.» Sin criterio para juzgar sobre el origen y meta de la historia. Sería preciso estar sobre ella. La revelación sólo tiene va– lor para los que la aceptan. Sin embargo, todos necesita– mos interpretar la historia, puesto que vivimos en ella. ¿Qué hacer? Sacar de la analítica de la propia existencia que la historia tiene un sentido: la libertad se debe 127

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