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{9) LOS CONVENTOS DE RETIRO EN LA ORDEN CAPUCHl:\1A 59 Los CONVENTOS DE RETIRO. p A.RTIDA.RIOS y ADVERSARIOS Los partidarios de los conventos de Retiro, como todos los reformadores franciscanos, fundaban su conducta en la libertad que eorn·ede S. Francisco a sus frailes para recurrir a los Mi– ni!"iros siempre que no puedan ohservar la Regla <( espiritual– mente )) 8 • Está fuera de duda que la arbitraria interpretación de este punto particular de la legü,lación ha dado motivo a do– Jorosm, epi,:;odim, en la historia de la Orden Franciscana~; pero forzoso es admitir asimismo que el anhelo constante dP ohser– ,ar con toda la fidelidad posible la voluntad del Seráfirn Padre plasmada Pn su Rt>gla ha contribuido poderosamt'nte a conser– var incontaminado su nohilú;imo ideal a travt's dt> los siglos y a impedir la aceptación pasiYa de posibles deformaeiones y adul– teraciones. Ese arranque optimista e idealista ha sido el punto de partida de lm; numerosas reformas, que lrnn consnva<lo viva la nostalgia y la añoranza de los tiempos heroieos del francisca– nismo primitivo. Y no sin una eierta t>legancia un cronista ca– puchino del siglo XVI para significar las alternativas por que ha atrayesado la Orden se úrvió dt> la expresiva imagen ele los <los movimientos, es decir natural y violento, observando cómo i,;e entihia el fervor en virtud de la tendencia natural que ar.ras– tra hacia ahajo, y cómo se conserva y pnf Pcciona la observan– cia regular mereed al esfut>rzo de la voluntad aE-iRtida por la • 10 graeia . El movimiento a favor de los conventos de Retiro comenzó a ddim·arse hacia 1755 y tom<Í forma eoncreia unos años más tarde. No podemos afirmar de una manna categórica que los rPligim,oE- qup vislumbraron la necesidad del retorno a una vida conventual más fervorosa y austera mediante el establecimiento dt> aquellos conYentos, se inspiraran y sufrieran el influjo de la in:-Litución semejante que existía entn los Franciscanos Re– formados; pero sí es lo cierto que la iniciativa dió sus primeros tímidos parns en Roma, en donde florecía sobre la colina del Palatino el Retiro de S. Buenaventura, en el que había falleci– do el año 1751 el ct'lehérrirno apóstol S. Leonardo de Puerto Mauricio. En el convenio capuchino de la Ciudad Eterna vivían 8 Cf. S. FnAM'1scus Ass1sn:Ns1s, Opuscula 72. 9 Cf. GnAT!EN foE PAms], O.F.M.Cap., Histoire de la foTUlat.ion et de l'évo– lution de l'Ordre des Freres Mineurs rm XIIIº siecle, Paris 1928, 378ss. RENÉ nE NAl'iTFS, O.F.M.Cap., Histoire des Spirituels dans l'Ordre de Saint Fran<;ois, Paris-Couvin 1909. Un catálogo completo de las varias reformas de la Orden Fran– ciscana pnede verse en MELCH!OR A PonLADURA, Historia generalis 1, Romae 1947, l0ss. 10 El cronista a quien nos referimos es Bernm:dino de Colpetrazzo. Cf. iUonu– menta llistorica Ord. Min. Capuccinorun, II, Assisi 1939, 37-40; Mm.cmonnE DA PoRLADURA, << La bella e santa lUforma dei Frati .Minori Cappuccini lJ, Roma 1943, 2ss.

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