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( 43) LOS CON\-Ei'\"TOS DE RETIRO EN LA ORDEN CAPUCHINA 169 Ha Comisión había conH'nzado ya su ohm destructora, y no es probable que él pensara instaurar los conventos de Retiro para atajar aqudlos males. Aunque conocía las experieneias llevadas a cabo en Italia, en donde había residido desde 1761 y a pesar de que había aprobado el convento de Retiro de Calahria 1 9, ignoramos el valor positivo que le concedía y si entraban Pn el programa de sn gobierno las iniciativas de su predecesor. De todo8 modo6 en las ordenaciones de vÍ8Íta dejadas a la provincia de Aquitania, cuyo tPxto nos es <·onoeido, no sP haeP alusión, como tampoco Pn lm; nu'moriales o informes presentados por aquellas f eeha8 a él y a la Comisión dt> Regulares por algunos religiosos dt,seosos de reforma~º. Polonia Si bien el Ministro general P. Pablo de Colindres en su via1e a través de Europa no cruzó la frontera de la lejana Polonia, ya antes de que saliera de la Ciudad Eterna a fines de 1762 habían llegado allí rumores Ín<'iertoi; y noticias eonfusas Eiobre el estahlt>cimiento de los convenloíi <le Retiro para la ohservan– eia máEi perfecla de la vida capuchina. Así lo supieron por car– tas llegada8 del extranjero algunos religio¡.;os. Al principio eran EiÓlo <los, los cuales comenzaron a importunar a sus prelados para que en la provincia polaca se destinara un conn·nto se– mejante con idéntico fin~'. Entre otras cosas pretendían vestir con más austeridad, no comer ni beber lo que entrara Pn la comunidad con el recurso a pecunia, abstenerse de oír la con– fesión de los seglares. El Superior provincial, rechazando y todo la iniciativa, pensaba 8atisfacer por el momento aquellas ideas individuales y lo¡.; destinó al apartado convento de noviciado en Rozwadów, autorizándolPs a vivir como deseaban con tal que siguinan la vida común. Ellos, sin emhargo, no se dieron por satisfechos con esta medida de compromiso y continuaron su propaganda para hacer prosélitos y con el número forzar la decisión <le los superiores, propalando aun entre los seglares, que en la provineia se viYía en un estado de relajación hahitual, que sólo obligaha la Regla y no las Constituciones y las interpre- 19 Véase más arriba, p. J60. "ºCf. foÉNÉE n'Au1.0N, ob. cit., 35 s. 49 ss. 72 ss. El P. Juan Bautista de Cadillar, ex-lector de teología, redactó el 2 de octubre una memoria destinada a la Comisión de Regulares (ef. ibid., 35-45); y el P. Ambrosio de Pau presentó o Ira al P. General en 1770 ( cf. ibi,l., 51-59). " 1 Las cartas del Provincial de Polonia Antonino de Zaclrzarzec (Varsovia, í noviembre 1764) y del P. Procurador general Jerónimo de Caltanissetta (Roma, 17 diciembre 1764), de las que entresacamos estas noticias se conservan en el Arch. general de la Orden (Roma), AG/6: Acta, ad an. 1764, 262-268. El título que las encabeza denota la perplejidad del cronista que no sabia cómo clasificar la inicitiva; Causa Hitiri seu Heformationis aut Hecollectionis in provincia Po– loniae attentatae.
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