BCCCAP00000000000000000000452

166 P. i\lELCHOR DE I'OBLADURA (40) A buen seguro que el P. Pablo de Colindres procuraría ins– taurar el mismo sistema en las restantes provincias de España. Sin embargo, carecemos de documentación segura sohre el par– ticular. En 1783 el P. Romualdo de Friburgo, que acompañaba al P. General como secretario, aseguraba que se hahía estable– cido otro colegio o seminario semejante en el convento de Borja ( diócesis de Tarazona y provincia de Zaragoza)'. P no es lo cierto que ni se han conservado sus estatutos ni de él se hace mención en la controversia, que pocos años después tuvo lugar sobre 1a aprobación pontificia de aquellos establecimientos. El P. General podía atravesar la frontera española satisfecho por los éxitos logrados; pero no se le ocultaban los azares y las dificultades que entorpecerían la realización práctica de los esta– tutos promulgados y para que los establecimientos arraigaran ílefinitivamente y produjeran los deseados frutos, se había pro– puesto y prometido a los organizadores que a su regreso a la Ciudad Eterna recabaría la aprobación de la S. Sede. Mas al sorprenderle la muerte en Viena t'l 6 de junio de 1766, aquéllos entraron en un período de aguda crisis. , Y a sabemos que en el establecimiento dd seminario de San– lúcar de Barrameda ({ convino aquella provincia (andaluza) más forzada que voluntaria )) 8 • Por tanto no nos causa maravilla nin– guna que sus partidarios temieran con fundamento que luego desaparecería la obra por ellos con1enzada. Mas para evitar el temido desenlace, muy en consonancia con la mentalidad de la époea, acudieron al Rey en husea y demanda de amparo. Car– los 111 los << lomó hajo su soberana prok<·ción >) y por una Real Orden de 12 de febrero de 1767 mandaha a su embajador <'Il Roma que t'n su nomhre pidiera y alcanzara la aprobación del Sumo Pontífice", que solicitaban los religiosos de Sanlúear, Toro y Monóvarrn. El embajador tomó con decisión y energía la tarea que se le encomendaba; pero después de consultarse eon el Rey y oídos los pareceres del eanl. Proteelor de la Orden y del defi– nitorio general, se avino a espt'rar hasta el próximo capítulo ge• neral 11 • En la asamblea capitular de mayo del 1768 hubo discre– pancias aun entre los representantes de bs provincias <'Spañolas. Los Superiores ¡:?:enerales manifestaron abiertamente si: repug- 7 Carla del P. Ronrnaldo al Príncipe Abad de S. Blas, Martín Gerbert, O.S.B., Constanza, 16 mayo 1783, puhlieada por A. ALLGEIER, Vier Briefc des Ka– ¡mziners P. Romzwld Bmw,arm, en Coll. Franc. 20 (1950) 123. 8 Véase más arriba, p, 165; Arel,, Embajada de España cerca de la Santa Sede (Roma), Lcg. 330. 9 La documentación a que nos referimos en el texto se conserva en el Arch. Embaj1,da de Espaií.a cerca de Ía S. Sede (lfomal, Leg. 330 y 331. 10 Súplica dc los religiosos ele Sanlúcar de Barrameda dirigida al Sumo Pontífice, pidiendo la aprobación dc las ordenaciones de aquel colegio de Misio– neros (Copia); ef. Arch. Embajada de España cerca de la S. Sede ( Roma), Leg. 330 Exped. VI. Véase más arriba, p, 71. n Véase más arriba, p. 67.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz