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( 31) LOS CO¡>;VEJ\:TOS DE RETIRO EN LA OIWEí'i C.iPliCHII\.\ 157 la Capital, regresó a la provineia decidido a averiguar ,, infor– marse. Mas a pesar dt> bus 1wsquisas, no deseuhrió los hilos de la organización. Mientras tanto el P. Mi¡.?;uel, d,, acuerdo con sus colaboradores, perfilaba Pl plan según inslrueeiones recibi– das de Roma, y por el mes clt> novit>mhrt' con t>l pretexto de con– ferir con su spñora madn·, la marqut'i-a de Grini, st• tra;,.;lad6 a Parma. Durante su eHlaneia en la í'im1ad, Y«li{-ndm;p (1e 1n– flupncias. qrn· f,t'¡!Urauwnle no Jp falta1)~:n ,·n la Corte püi: sus relaeiom•;,; familiares y por su cornketa pasada. ohtun) dt>l Rt'al Infontt' Felipt' dt' Borl:ón un 1·onYe1:lo dP sE:.; er,tados r,ara ,,] Pstahleeirnü·nlo que proyeelaha. El dest·nlaee era. ¡,m·s, in– minente. Fl memorial o informe, ya firmado ¡;Gr lodo!, lo~, par– tidarios de la inií'iatin1, ~e ¡n·p1:-entrn·ía, s,'¡.?;Ün 1·!111,Pjo d< 0 l P. Gt'1wral, a la c·ongrega:-irín ddinitorial dt> 1a prmi1:('ia ([U' ,,·n– dría lugar en las próximas Navid,ide:,. Así las cosas. un hermano lt>go , ioló la <·ow ,iµ.na d!'l secreto y í'Ompron!etió definitiYamenle el : lan. Fr:!y Piáeido de Cm;al– maggiore"\ a('aso acuci,.lf1o por es;tímuloF de <'OI1<'Írncia. ]o re– vt>ló al ~~uanlián dd <·om<'nto ílt' Pann;, P. Adt>odato Turl'hi. quien sin pfrdida ;:.e tiempo lo ¡•omurÜl'tÍ d P~dado pnn incial aui,;ente y de común v.n:erdo ft' rPsoki1·ron a hact.·r ahorlar el proyecto, adoptando el mismo mr-todo seguido por los ({ refor– madort's )J. es decir: hahía que trabajar eon toda urgeneia ¡•} asunto en la Curia general <le Roma y en la Corte <le Parma, valiéndose <le influprn•ias y amistades. De heeho, lamhién dlos tenían en amhas parte,; ahoga<los y pairocinaclores. Como se ha dicho, Pl P. Bernardino de Móden:.1, alumno ele la provincia de Lombardía. era a la sazón dt>finiclor general" 5 • El Provineial, asesorado por el pareet'l· unánime dt> los padrt's graduadob, acudió a él para que interpu¡.;iera sus lmPnos oficios ante el P. General e impidiera por todos los medios a su alcanee que se aprobara dt>finitivamente el asunto. Así lo hizo aquél con toda voluntad y empeño; manif Pbl<> él desasosiego y malestar que la noticia hahía 1·:rnsado Pn ioda la provirn·ia. Todo fué inútil. El P. Pablo de Colindres creía un deber de conciencia el no poner cortapisas a quit'nes aspiraban a una observancia más perfecta de la Regla prometida. Ni 11,vo mejor éxito PI ex-pr.edicador Apostólico P. Migl<Pl Angel de Reggioº"; antes 24 Según el necrologio falleció en Parma el 4 de enero de 1784. Cf. CAELESTI· NUS A Dmrnuosco, Necrologium I, Mutinae 1859, 4. Los nombres de los religio– rns denuneiados por Fray Plácido ,·omo colaboradores del P. Miguel de Pamplo– na son los siguientes: Lorenzo de Zibello, sacerdote; Angélico de Placencia, pre· dicador; Luis M. de Carpí, vicario; Juan Francisco de Parma, lector: Anselmo de Caltenuovo de Monti, sacerdote; Carlos Antonio de Módena, sacerdote; y los hermanos legos Félix M. de Canolo, Félix de Varano, Pacífico de Castel S. Gio– vanni, Félix de Sassuolo, Félix de Casalmaggiore, Serafín de Montecchio. 25 Véase más arriba, p. 68, nota 38. 26 Había desempefiado el oficio de Predicador Apostólico desde 1740 hasta 1752, y por lo mismo había rnnocido en Roma al P. Pablo de Colindres. Falle-