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ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN ANÁLISIS TEMÁTICO en el primer instante de los tiempos... Cómo adivina el alma las palabras que vais deletreando en el silencio. Complemento del ejemplarismo metafí– sico, como otra vertiente del agustinis– mo eterno, es la teoría de la iluminación. Si para el uso de la ratio inferior, que tie– ne por objeto las cosas sensibles hasta el poder de la misma, la ratio superior, ca– paz de conocer las verdades suprasensi– bles, necesita de una iluminación espe– cial de Dios, que actúa sobre la razón como luz que la potencia. A esta luz inte– rior la personifica San Agustín en el maestro interior, que habla a la concien– cia. San Buenaventura encuadró el es– quema agustiniano de la ratio inferior y de la ratio superior en el marco de la teo– ría aristotélica del entendimiento agente, suficiente para el conocer sensible, pero insuficiente en el conocer espiritual y trascendente. El P. Enrique juzga que este agustinis– mo eterno ha tenido un preclaro exposi– tor en Michele Federico Sciacca, que ha hecho ver la necesidad de este agustinis– mo para superar los problemas inheren– tes al idealismo trascendental moderno. En este sentido, ya en su crítica o recen– sión de la obra de Karl Rahner: Geist in Welt, 5 escribía el pensador franciscano: «Desde una visión agustino-franciscana del conocimiento, la tesis de K. Rahner nos parece raquítica y enclenque. Hay algo más de espíritu en el mundo que el "espíritu mundanizado" por su inmer– sión en lo sensible que tan profundamen– te ha descrito Rahner». Señala Rivera de Ventosa que juzgamos secundum illas interiores regulas veritatis, propuestas por el pensador africano. Este trascen– dentalismo, más que el propuesto por J. Marechal y sus seguidores, debe ser la respuesta del pensador cristiano al des– afío del idealismo trascendental. El pro– fesor salmantino está convencido de que el silencio sobre el mismo ha empobreci– do sustancialmente el pensamiento cris– tiano de nuestro tiempo, y por eso recla– ma una vuelta a esas reglas interiores de la verdad. 2. Presencia de San Agustín en la filosofía escolástica Aunque menos sistemática que la pre– sencia de Aristóteles, la presencia de San Agustín junto con la aristotélica da la contextura mental de la escolástica. Pero hay que notar lo siguiente: si Aristóteles es más rico en proporcionar una termi– nología filosófica clara y adecuada, ha sido necesario rectificarlo en doctrinas fundamentales, como puede ser el nece– sitarismo cósmico, o la carenci~ de una posible intercomunicación entre Dios y el hombre. San Agustín es menos siste– mático, como es sabido, pero ha logrado comunica:- al pensamiento cristiano me– dieval una tensión característica hacia la felicidad que sólo la halla el alma en la Verdad plena, proporcionando un innu– merable conjunto de observaciones so– bre la vide. íntima de la conciencia. Hemos de observar que el profesor Rivera de Ventosa hace ya casi 20 años 6 quiso hacer notar que en tres temas capi– tales la escolástica medieval no llegó a asimilar plenamente el legado de San Agustín , que está esperando todavía en nuestros días una exposición y desarro– llo ulterior. Se refiere concretamente el P. Rivera a estos tres temas: la interiori– dad, el tiempo y la historia. San Agustín, maestro de la vida interior, hace sentir su influjo de mil modos. Pero como obser– va el pensador franciscano, ni siquiera la escuela franciscana y San Buenaventura en concreto llegó a alcanzar en esto a su maestro. Y mucho menos los otros doc– tores que tomaron más bien la vía con– ceptual para aclarar sus ideas. Hoy la fenomenología está mostran– do, a su manera, la riqueza de la vida in– terior agustiniana. En el libro de R. Otto, Lo santo,7 se ha puesto de relieve en su intento de aclarar el dato religioso desde la disyuntiva agustiniana del inhorresco et inardesco. Por lo que hace al tiempo, el profesor Rivera, que en sus lecciones universita– rias tan sólo oyera la exposición de la es– colástica -aunque no en cursillos parti– culares-, apenas hay referencia alguna al tiempo como contextura de la con– ciencia. Tan sólo el tiempo externo, el que señalan los astros y mide el reloj, atraía la atención de los manuales esco– lásticos. Heidegger llamó la atención so– bre el «éxtasis del tiempo»; no sin cone– xión con San .Agustín. Y hoy éste espera que sus intuiciones sean germen fecundo para el actual pensamiento cristiano. Por lo que respecta a la historia, nues– tro pensador escribe en esta misma re– vista que la visión genial de San Agustín en su magnum opues, es decir en el De ciuitate Dei, no tiene continuidad en un gran estilo. Tiene un descenso y deterio– ro en el pensamiento cristiano que llega hasta nuestros días, en los que estamos acuciados con su ejemplo en la creación de una visión cristiana de la historia a la altura y exigencias del siglo XX. 3. Interpretación del pensamiento agustiniano Ya hemos señalado de paso la revivifica– ción que ha hecho el profesor Rivera a la interpretación teológica del ejemplaris- 122/123 ANTHROPOS/93

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