BCCCAP00000000000000000000451

ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN A9GUMENTO producción actual y consubstancial, con duración eterna, en el sumo Bien, y ade– más una persona tan noble como la per– sona que lo produce a modo de genera– ción y espiración.. . nunca existiera el Sumo Bien, pues que entonces no se di– fundiría sumamente». 33 Lo cierto en el pensamiento de San Buenaventura es que, por contraposi– ción a los teólogos intelectualistas, como Juan de Santo Tomás, que identi– fican naturaleza e intelección pura, San Buenaventura no identifica los concep– tos de naturaleza y bondad de Dios y esta última es sólo fundamento de las opera– ciones que implican comunicación. San Buenaventura es deudor a Platón, la es– cuela platónica, San Agustín y Pseudo– Dionisio, pero no puede reducirse su pensamiento a meros influjos lej anos, sin que el santo haya aportado matices propios. Y San Buenaventura ni acepta un total intelectualismo ni cree que la bondad sea el constitutivo absoluto de Dios. Emprende un camino medio en el que conjuga las exigencias de las leyes fundamentales del Ser con la dinámica de la idea del Bien. Que el «bonum» sea difusivo no sólo tiene lugar en las emanaciones trinitarias, sino también la creación y aquí se mani– fiesta todo el amor liberal de Dios, que se comunica sin indigencia alguna. Aunque esta liberalidad del amor de Dios no des– taque excesivamente en San Buenaven– tura, hay, con todo, algunos textos que lo afirman. Así: «Quia bonus est Deus, vult se diffundere; et quia vult se diffundere, vult creaturam producere; et quia vult creaturam producere, vult creaturam esse; et ita, quia bonus est, sumus». 34 La fuente, para esta nueva considera– ción del amor, ya no es tanto la corriente platónica cuanto la Sagrada Escritura, que nos ofrece, en a~gunas de sus imáge– nes, la más bella y pe1fecta representa– ción de este amor liberal, cual es el caso del buen samaritano o del buen pastor. Se trata de un amor desconocido para lasa– biduría clásica y que se manifiesta en el amor-agape, que «vuelto hacia el próji– mo, debe tender a ser plenitud de dona– ción en cuanto nos sea posible, a seme– janza de nuestro Padre celestial según lo pide Jesús: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5, 48)»: 35 Con estas indicaciones queda aclarada la fundada objeción de M. Blondel al NATURALEZA Y GRACIA PUBLICACION DIRIGIDA POR I.OS PROFl:SORES DE LA PROVINCIA CAPUCHINA DE CASTILLA P. ,~n• •• Amay-. o. v. M. cap.: Muro IJK>k\~<0 ,o– bro ol eonc~p!o e,m11no dol n,undo .. . P. ~'::':!i'aº :: ~11: ~:;t:~ ~:. ~:: M, Ce.p.: Marln ~n l& P. l.1H dr1 Ñ Dlll>M, 0. t'. M, Ct,p.: El orhU1n11mo y ;,~::n,::::~:;~to~/.:~11,0 rollg!O&QMclal d~ nu1-11to P. Urnlrdlno' di Arm111u1, o. F. M. ca.¡,,: Slml>Oll,mo motalfslco y V01on!ul1mo on I& uplrHualld14 ,...,,clt- IM,onM.\O101111 Y OllllllTAOIOHII !'. ,.,.,. ... i.... ~. o . .... M. CG1•.: lffll'Ofl•nel• ... ;:n~:~_11.in roela! 11<1 nu..1ro apoa,o!ado conlomi11> P. l'tlltl• ... do vo"loN, o. F."'· Cap.: Mólodo P••· n,1u a de1..,ntna, ,.. dlven.o• euuo1aa do .. pll1• (ull!dad (MOile•. A. pro!)<isllo do dOll mtl\'91 llhro1 de 11plrUuolldad rranol1car1a ... .., ,......., ,.. ,.. ...... I'. Cú-rlol dt htltllf, O. F. M. Cap,: O., vuoll.a. & lamt- ::~l~:\~~~:;~•,;arlO &1 Con&rno de ,u_,ua neoeKO- ENERO-JUNIO 1955 NUMERO s principio neoplatónico «bonum est dif– fusivum sui». Interpretado desde el neo– platonismo, declina indudablemente ha– cia el panteísmo o el impersonalismo. Pero dentro del pensamiento cristiano es rectificado y completado con la gran concepción del «amor liberalis», radical– mente opuesto a toda tendencia panteísta y exponente sumo de la relación perso– nal entre Dios y la creatura, tal como lo han visto y comentado los dos grandes doctores franciscanos, San Buenaventu– ra y J. Duns Escoto. Contemplación franciscana del cosmos El tema del «bonum est diffusivum sui» encuentra continuidad natural en este apartado de la «contemplación francis– cana del cosmos», iniciada y vivida por San Francisco y continuada hoy por tan– tos admiradores suyos. En tal visión, Dios Padre irradia su Bondad, que no es difusión cósmica impersonal, sino dona– ción y gracia del Padre en Jesucristo eternamente y, temporalmente, en las criaturas. Tanto los biógrafos de Francisco de Asís como los estudiosos de su vida se– ñalan que el santo tuvo una especial inti– midad con las criaturas todas y que tal intimidad es una faceta particularmente sugestiva de su vida. 36 San Buenaventura es un caso especial en esta interpretación, ya que no sólo constata el hecho en sus Leyenda mayor y Leyenda menor, sino que también re– flexiona y teoriza sobre el mismo en su ltinerarium mentis in Deum. En la Le– yenda mayor, por ejemplo, escribe: «En las cosas bellas contemplaba al que es sumamente hermoso y mediante las hue– llas impresas en las criaturas buscaba por doquier a su Amado, si~viéndose de todos los seres como de una escala para subir hasta Aquel que es todo desea– ble».37 Y en el Itinerarium mentis in Deum, como un eco, dice: «cum enim secundum statum conditionis nostrae ipsa rerum universitas sit scala ad ascen– dendum in Deum; et in rebus quaedam sint vestigia...». 38 Las palabras de los primeros biógra– fos franciscanos, y su intemretación del amor de San Francisco a ia naturaleza, nos conducen a una contemplación del cosmos más teológica que filosófica, aunque en ocasiones haya :¡_uerido rela– cionarse al santo de Asís con algunas co– rrientes filosóficas, funda:nentalmente panteístas. E. Rivera, resumiendo r:mchas pági– nas y horas de reflexión, recoge, como puntos capitales de la visión franciscana del cosmos, estas dos afirmaciones: a) «Porque Dios es el supremo y úni– co Hacedor de todos los seres, existe en– tre ellos una verdadera hermandad onto– lógica.»39 La naturaleza emera pende de un Padre, de quien recibe su verdadera y profunda significación. b) «Las criaturas, por ser hechuras de Dios, son asimismo huellas, imágenes o símbolos del mismo; y por ello el hombre debe elevarse por su medio a considerar las perfecciones de quien las hizo.» 4 º ¿Cómo entender la «her:nandad onto– lógica» franciscana? Para ::omprenderla sería necesario penetrar er: la intimidad psicológica de un santo estrechamente unido a la contemplación ce la naturale– za y cuyo método se defin<> con las pala– bras visión, intuición. Son muchos los detalles biográficos que cbmuestran un Francisco más bien espontáneo, fina– mente sensible, inquieto e intuitivo que reflexivamente frío , calcu:ador y racio– nal. Pues bien; el fruto re su vivencia personal, de su encuentro con Cristo en sus visiones espirituales y je su apropia– ción del evangelio es el descubrimiento de todos los seres de la creación en una indudable vertiente de belleza que le exalta humana y poéticamente. Pero, al mismo tiempo y desde otra vertiente, los escritos de Francisco dan un claro testi– monio de la dualidad del ser Dios-criatu– ra y la dependencia radical de todo ser 122/1 23 Ah THROPOS/77

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz