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ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN /'-,UTOPERCEPCIÓN INTELECTUAL El Dr. E. Rivera de Ventosa con el padre Luis Martínez Gómez, Alain Guy y Noboru Kinoshita en septiembre de 1988 cia, llegar al descuido. Me ha repugnado, ya desde mi juventud, «aparecer». Pre– fiero sencillamente «ser». Lo demás vendrá o no vendrá. Pero con «ser» me basta; y mi conciencia me dice que he cumplido mi obra. Si ésta es auténtica, será fecunda. Y esto es lo que importa. Más que el necio «aparecer» que, por otro lado, he visto cómo truncaba tareas investigadoras en pro de un aplauso o una adulación efímera. Sobre mis quehaceres actuales, me re– mito a lo dicho en mi autobiografía. Completo lo dicho allí en el atestado de que es, ahora, cuando más escribo, con mayor facilidad y gusto. Es verdad que me tortura no poco la máquina de escribir por las incorreciones que cometo. Es uno de mis achaques. Pero me compensa la satisfacción de la lectura del papel que emborrono. Y, como no quiero quebran– tar normas de mi vida, como la de hablar de mí mismo cuanto menos, mejor, creo que podemos concluir aquí la pregunta. (A mi mente viene el recuerdo evan– gélico de la transfiguración de Jesús en el monte Tabor v la frase de Pedro: «Bueno, Señor, es estarnos aquí». Algo similar podría yo decirle al P. Enrique. La charla ha sido amena y extensa. Y me gustaría continuarla. Pero la campana conventual llama a los rezos litúrgicos y el Dr. Rivera recoge el manuscrito de la autobiografía que me había dejado y se levanta. Nunca faltó, siempre que le fue posible, a la oración fraterna del medio– día. Muy a mi pesar, da por finalizada la entrevista. Espero, no obstante, a su lado, más como discípulo que como co– lega, continuar aprendiendo y orientan– do mi labor intelectual en las coordena– das del Dr. Rivera, las coordenadas del «pensamiento cristiano».) Cronología de mi vida intelectual 1913: Nací el 31 de octubre en la casa-escuela de Ventosa de la Cuesta (Valladolid). Mis padres: Emiliano Rive– ra y M.ª de la Encarnación Montalvo. Aprendí las primeras y primarias letras en la escuela de mi padre, maestro nacional. 1923: Ingresé en el Seminario de PP.: Capuchinos en El Pardo (Madrid) el 25 de septiembre, donde cursé Humanidades. 1929-1932: Joven religioso fran– ciscano-capuchino, cursé en este trienio :a filosofía escolástica, a la que se unían estudios medios de matemáticas, física, química y ciencias naturales. Todo ello en el Colegio de Filosofía de PP. Capu– •::hinos en Montehano (Santander). 1932-1937: En el Colegio de Teología de los mismos en León cumplí el plan de estudios de Teología y Elo– :uencia (Pastoral). 1939: En noviembre de fui desti– nado a graduarme en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma. Al fi– nalizar el tercer año obtuve la licencia. 1941-1942: Durante dos años asis– tí al curso de Biblioteconomía, organiza– do por la Biblioteca Vaticana, habiendo obtenido el diploma correspondiente. 1943-1944: Inicié mi docencia de Filosofía en el Colegio de PP. Capuchi– nos. Expliqué siempre Historia del Pen– samiento, si bien, por carencia de perso– nal docente después de la guerra, tuve que echar la mano a otras asignaturas: Crítica, Metafísica, etc. El 27 de junio de 1943 defendí mi tesis doctoral: «El vo– luntarismo de San Buenaventura». 1953: Fui invitado a dar mi pri– mer cursillo en la Universidad Pontificia de Salamanca con este título: «Constitu– tivo metafísico del ser finito». Continué todos los años impartiendo cursillos so– bre temas que acordaba con el decano de la Facultad. Cumplidos los requisitos académicos, el 20 de febrero fui declara– do doctor en filosofía. 1954: Mis superiores me dieron la incumbencia de preparar la publica– ción de una revista de ciencias eclesiásti– cas, a la que se dio el nombre de Natura– leza y Gracia. Nacida ella de un impulso colectivo la puse en marcha durante los cuatro primeros años. Motivos de admi– nistración me obligaron a pedir el cese en la dirección de la misma. 1958: Me polaricé hacia la Filo– sofía de la Historia, porque me atraía y para poderla exponer en la Facultad. 1961: Pasé un~ meses en Mú– nich, en cuya Staatsbibliothek pude ma- nejar una completa bibliografía sobre este saber, amablemente puesta a mi servicio. 1962: Recibí mi primer título oficial en la Universidad Pontificia de Salamanca, nombrándorrte su gran can– ciller Francisco Barbado ¡viejo, profesor de Filosofía de la Historia (ad tempus). 1964: Colaboré eh la Enciclope– dia de orientación biblihgrájica, en la que informé, parcial o totalmente, sobre estos títulos: Civilizació1, Cultura. Pro– greso. Esencia del cristiarismo. El cato– licismo y el hombre. La liistoria de la ci– vilización y la ciencia. Ertcuentro de reli– giones. Filosofía de la $istoria y de la Cultura. Teología de la H~storia. 1966: El gran c~nciller, Mauro Rubio Repullés, me nombr6 profesor ex– traordinario d.e Historia ¡de la Filosofía. El rector, Tomás García Barberena, me nombró por tres años Pfcfesor adjunto del Centro Ecuménico d9 Salamanca. 1973: El gran capciller, Vicente Enrique Tarancón, me npmbró pro/esor ordinario (catedrático) de Historia de la Filosofía. 1 Junto con mi dopencia he culti– vado la publicación de estudios con in– tensidad creciente hasta!este momento, en que, muy entrado en alños, como toda– vía la memoria me ayudd, sigo escribien– do más que nunca en m~deseo de cola– borar al pensamiento cristiano para que se halle a la altura de ~mestro tiempo. Para información bibliográfica, me re– mito a la que se da aql~ en el apartado correspondiente. En mi biografía ~ntelectual consi– dero algo accesorio la ~ertenencia a di– versas sociedades de fil~sofía, interven– ción en congresos y semanas de estudio, etc. Pero reconozco con tnemoria agrade– cida lo mucho que debb a los múltiples coloquios que he tenido I on mis colegas. . • ·· • l<OMrsNI\J~ ·líNl\l.Ql'JJi ll!VlllU J)ll Vll.NTOSA PUUUGAC'lONES UNJ\'ll.RSlOt\'_I) t'ONTJFIC1' Ot SALAMANCA 1..., 122/12 ANTH ROPOS/71

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