BCCCAP00000000000000000000450
62 DEUSTO Pondero así bien que a uno que llevan al suplicio asisten con exhortaciones y voluntad propia los Religiosos de más autoridad de todos Conventos. Y que el enfermo que éstá en cama con peligro de vida está ansimil esperando el golpe de la guadaña de la muerte, y se debía hacer lo mismo con él, y como esta falta ia he visto y re– conocido en Deusto, ha sido en realidad el motivo de esta mi vo– luntad de fundación por servicio a Dios, gloria y honra suya y bien de las almas. En Deusto ha habido y hay diferentes sujetos, así sacerdotes como seculares, que por falta de asistencia a bien 11Nrir han dejaflo y quieren dejar en reconocimiento de la buena obra interés de manda para el Sacerdote o Religiosos que le asistieren a la hora de su muerte con exhortaciones, y son éstos los que han tenido y tienen algún caudal. Pero yo digo cuánto mejor será sea esto co– mún, así con pobres como con ricos, sin interés, como lo tienen de Estatuto los Religiosos Capuchinos. A todo el mundo venero y por todo él quisiera oponerme a obra tan santa y del servicio de Dios, como es el de esta fundación, porque de lo contran•J no me pidiese cuenta. Pondérase por algunos afectos a Observantes la carta por mí es– crita a Su Beatitud ha sido dispuesta por afecto a Carmelitas por facilitar su fundación. Y respondo que sabe Dios no lo ha sido, sea bien o mal dispuesta, por mí sólo dictada y su '.'opia escrita en mi copiador de cartas acerca de esta fundación por mi criado, quien y el Sr. D. Manuel de la Guerra son buenos testigos de ello con los demás de nü familia. Todas estas razones certifico con realidad son de buen celo a mayor servicio, gloria y honra de Dios y bien de las almas que las ratifico y afirmo en mi casa y morada de Bilbao, este día rs del mes de junio de r688.-Benito de Ruc;avado. La verdad se asemeja a un sol esplendoroso, que Por algún cor– to espacio de tiempo podrá estú oculto tras los 111;,grQs 11Uº1l?:TQJU.S de la duda o del error, pero qiie más tarde o más temprano llega a sobreponerse a todos esos cendales, y proyecta sobre el campo d:e las inteligencias sus benéficos rayos, coronándoles de flores, como cobre de verdor y lozanía encantadora el astro-rey a la Naturalez,¡ en los bellos días primaverales. No es, pues, extraño qiie al historiar esta fimdaci6n, en que tan– tos Y. tan opuestos intereses andaban mezclados, nos encontremos, ya en los prim.eros albores de su existencia, con un ci.e.lo .encaP.ofa– do, amenazador de ruidosas tempestades. J'vias a medida que corren
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz