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318 DEUSTO de ella, pena de perjuro. En cuyo testimonio lo otorgo así ante el presente Escribano Real de Su Majestad, público del número de esta noble villa de Bilbao, en ella a veinte de marzo de m_il sete– cientos sesenta y nueve, ·siendo testigos Vicente Antonio de Ora– mendia, Vicente Antonio de lVIendiola y Mariano Vicente de Un– zuta, vecinos residentes en esta dicha villa. Y el otorgante, a quien yo el dicho Escribano doy fe conozco, lo firmó.-lJ. Valentín To– más de Basabe Santa Colaina. y Hercinigo.-Ante mí, D. Manuel Antonio de Aranguren. Todas estas diligencias hasta aquí practicadas fueron porque D. Francisco ele Landa, vecino ele Bilbao y de esta República, dijo al Guardián Fr. Teocloro de Villadiego que si la República conce– día a la Comunidad el pedazo de terreno dicho, que está sobre su viña, él daría por esto terreno en su heredad para abrir nuevo ca– mino. Concedido que fué a la Comisión y otorgada la escritura de donación a favor del Síndico D. Antonio ele Uriarte, vecino de Bilbao, aún restaba otro pedazo que es de las monjas ele la ,Encar– nación, y habiendo estado el Guardián con la Priora, que a la sa– zón era doña María Ventura ele la Concepción y Gómez de la To– rre, hermana de Ventura Gómez, especial bienhechor, ésta mandó al P. Procurador Fr. Domingo Gómez cediese lo que se les pedía y lo concediese liberalmente, como lo hizo ·dicho Procurador, y para que constase que era permuta, se le ofrecieron unos pequeños nogales que están en la Landa con el ingeniero D. José Santos Sal- 111,erón, Sacerdote, natural de Medina del Ca_mpo, que estaba en Bilbao para hacer los caminos desde aquí a Burgos por la Peüa Orduüa, y con asistencia ele dicho Guardián y muchos que vinie– ron de Bilbao se demarcó y señaló el camino por la heredad de Landa, llevando este mismo el agua para echar en el nivel. Aún 110 creían las gentes lo mismo que veían conociendo el genio de este caballero, ambicioso ele tierra y notado de interesado en las permutas que hacía, mas luego quedó confirmado el juicio que ha– cía porque después de marcado el camino y aun abierta una senda, dijo dicho Landa que le parecía ser poco lo que se le daba por lo suyo, que sobre lo que había dado a la Comunidad la República quería que se le diese otro pedazo de terreno con unos nogales que está sobre la fuente en la .cuesta ele San Antolín. Este pedazo fué perteneciente al sitio y dueño de la heredad en que se fundó el Con– vento, y aunque de nada ha servido a la Comunidad, se reservaba