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28 DEUSTO tinta, que puedo asegurar a V. Rma. jamás se haya hecho en nues– tro distrito cosa más de mi ,:tgrado, debiéndoselo todo a la buena disposición de nuestro Padre, que como esto ha empezado con tan buenos principios, únicamente conviene para que no se malogre tan buena obra, la asistencia de su Paternidad hasta que pase la Cuaresma, por ser entonces los ejercicios más continuos y faltando la cabeza puede ser que los demás no asistan con la calor que se requiere, y así suplico a V. Rma. con todo encarecimiento sea ser– vido mandarle asista (indescifrable), que le suplico a V. Rma. en que tendré muy singular favor y mis hijos quedarán con el consuelo que desean para continuar en tan buenos pensamientos. Espero de 1a generosa mano ele V. Rma. que me hará este favor, deseando merecer a V. Rm_a. muchas ocasiones de su mayor agrado para ejercitar mi obediencia. Nestro Señor guarde a V. Rma. muchos años, como deseo. De mi Ayuntamiento y diciern.bre, 13 de 1680.-Juan Francis– co de Ayasassa.-Sebastián de Velasco. Por mandado de los señores Alcaldes, Justicia y Regimiento de esta noble villa de Bilbao.-Domingo de Gamíndez. Rmo. P. Fr. Félix de Bustillo. Cu;íl fuera el aprecio e idea de santidad que los bilbaínos se ha– bían formado del P. Fr. Hennenegildo, salta a los ojos con s6lQ leer la siguiente carta que le escribe D. Benito Rucavado, en la que le da cuenta. de los adelantos en la virtud de los Socios o alumnos de la Escuela de Cristo, y le dice que sus cartas son cortadas en pe– dacitos que guardan cada uno de los hermanos de la Escuela como si fueran reliquias y le pide que no deje de refrescar las flores d_e santidad nacidas en dicha Escuela con «el apacible rocío de sus sua- 1Jes amonestaciones; pues, con eso darán a Dios, a su tiempo, en primicias sustanciosas, el fruto sazonadon. 7.° Carta de D. Benito Rucavado, en que da idea de la opinión de santidad en que tienen los bilbaínos al P. Hermenegil.do (r). Rmo. en Jesucristo P. Fr. Hermenegildo: Cada Hermano de esta Escuela queda con un tanto de la carta de V. P. en su cora– zón, así por darles el lugar debido a tan cariñosas memorias como porque nadie ha fiado la impresión de sus santas exhortaciones a (r) Arch. Cap. Prov. Cast., 3 2/00003 I. Ms. rubricado, 3o r / 2 X 20: una hoja.