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(BILBAO) 25 caudalosos, dieciocho en las personas más fieras y de más crédito que había en el lugar, a costa ele rajarn~e las espaldas a azotes y echándome a los pies de ellos, y esto ahora que nadie podía enten– derlo. Ha sido Dios servido para honra suya que ellos mismos han publicado, y teniendo noticias el Misionero de esto, se ha valido de este pobre tonto para las cosas más graves. Las que les hemos re– mediado ha sido con el ejen~plo de mi compañero como con las exhortaciones que me inspiraba Dios les hiciese con que esie aplau– so tan general, así los de la parte de los Carmelitas como todos piden la fundación, y discurriendo los amigos y devotos nuestros conviene el que no se hable en la materia, pues sin que nos cueste más de mi asistencia ni que las Comunidades lo entiendan hemos ,de tener la fundación, y para coronar todo, esto hice una procesión para fin de la misión, tan devota que asombró no sólo a Bilbao, sino al mundo. Componíase de 170 discípulos ele la escuela, el con– tarlo por menor es un proceder infinito; sólo cliré una acción que hizo en medio de la plaza un discípulo de la escuela, que le 111.andé foese gobernando los hermanos, echándose a los pies en medio de la plaza, donde concurría todo el lugar, estando acabando ele hacer una plática, porque los fní exhortando, pues puedo asegurar sin exageración aquel día el ,Espíritu Santo me inspiró, pues pa– recía día de juicio, pues no quedó Religioso ni hereje que no de– rramase lágrimas y pidiese nüsericordia en voz alta. El que hizo esta acción fué D. Juan Antonio de Basurto, del hábito de Santiago, y yo no he levantado cabeza desde aquel día, por el intolerable trabajo, y he recibido a todo el que me haya visitado, al Padre Prior de la Comunidad y al P. Prior de los Agustinos (siguen en e! original algunos conceptos sin i11iporiancia) ; sea para Dios la glo– ria, pues se quedaron atónitos de ver la escuela y ver la procesión, que se componía ele cuatro crucesdunes, Nuestro Señor nos dé fuerzas para proseguir como hasta aquí, pues espero quede memo– ria de la Capucha mientras Bilbao sea Bilbao. Yo no me dilato más porque sonará bastantemente el crédito de la Religión con ,esta función, y usted se desempeñará de sus ahogos; tenga usted paciencia, que por acá no se (ileiible) la madera. En cuanto a la Cuaresma, vea si se detern1ina y me podrá avisar, porque no sea más ele lo que yo quisiera, porque en la escuela está todo lo lucido, lo cual verá (ilegible) al señor don Mateo, que 110 le escribió por ha– llarme indispuesto de la cabeza, y remito la carta que él me tiene pedida, que lo demás remitiré en la primera ocasión. A mi señora

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