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En San Giovanni Rotando Es en 1916 cuando llega el P. Pío. Unos millares de almas, que viven en pobres casas, unidas unas a otras en una explanada de la ladera meridional del Gargano, formaban el centro urbano de San Giovanni Rotondo. La falta de caminos aislaba al pueblo del resto del mundo, que hasta ignoraba su existencia. Los días transcurrían monótonos allí, en unas condiciones de vida elemen– tales: sin luz, sin agua, sin los medios más imprescindibles para la higiene. Por lo demás había otras zonas de Italia que ofrecían un aspecto similar. Un sendero solitario - pisado por algún carretero que trans– portaba piedras de una cantera vecina, por pastores que llevaban sus rebaños a pastar a la montaña, por paisanos que iban por leña para calentar su pobre casa- iba a dar a un convento, a dos kilómetros del poblado y a una altura de 600 metros. Escuálido aquel convento de capuchinos y más escuálido el terreno que le rodeaba: rocas y rocas, alguna mancha verde de umbilíferas, el despuntar solitario de algún ciprés, un panel de muralla que protegía al convento y, del lado opuesto, las pendientes laderas del Gargano, esquelético, requemado, calcáreo, con manchas ver– des de algunas encinas y el resto roca pelada. Aquel convento, en la soledad de un paisaje primitivo, era uno de los más pobres y aislados de la provincia monástica capu– china llamada del Santo Angel, canónicamente establecida en 1555. Era también uno de los conventos más antiguos, el quinto cronológicamente, después de los "lugares" de Castelluccio, Lari– no, Serracapriola, Rodi Garganico. Vivían los capuchinos en aquel apartado rincón del mundo, en San Giovanni Rotonda, desde 1540. En 1629 habían vuelto a levantar la iglesia, derruida por un terremoto cinco años antes . En 1810, son expulsados por José Bonaparte, que había suprimi– do las Ordenes religiosas; y en 1867, por la Ley de supresión del príncipe Eugenio de Saboya, los de Carignano. En tiempos más tranquilos vuelven a sus conventos en 1814 y 1909 respectivamen– te. También San Camilo de Lellis, que trabajaba de peón de albañil para los capuchinos de Manfredonia, subió el 1de febrero de 1575 al convento de San Giovanni Rotondo, donde comenzó su conversión. 78

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