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más indicada, situada como estaba en el centro de la Pulla, vasta llanura a 76 metros sobre el nivel del mar, en un clima continen– tal, con inviernos friísimos y veranos de fuego. Pero la decisión del provincial, P. Benito, no ofrecía dudas, hasta llegar a decir que el que el P. Pío volviese al convento dependía de su disposi– ción interior, "que no se decide al sacrificio". Prosigue la tempestad Foggia no representa la calma después de la tempestad , por más que el Padre -como recuerda su nuevo superior el P. Naza– reno de Arpaise- "ocupó muy contento el puesto de religioso entre los hermanos, con los cuales se mostraba siempre alegre y chistoso". Aquel "fraile enfermo", que las personas de cerca del convento encontraban demasiado lento cuando celebraba la misa, se ocupaba en la oración, en estudiar algo y en cuidar su salud. Pero la salud seguía como antes: enclenque y muy insegura. Fie– bres altísimas, sudores, vómitos, inapetencia. Impresionaba, tanto a los religiosos como a los médicos, aque– lla temperatura altísima, "de 41 grados o más", como asegura el P. Nazareno . Se llamó al doctor Del Prete, médico del convento. "Le auscultó minuciosamente -continúa el P. Nazareno- y en– contró focos de microbios en el ápice derecho con leves soplos en el izquierdo. Mandó que se le aislase totalmente... Recetó algunas medicinas como paliativo; porque los médicos saben que no existe remedio para ciertas enfermedades. Venía todas las tardes a visi– tar ai enfermo, limitándose a ponerle el termómetro". Se acudió a un médico de más renombre, el doctor Tarallo. Encontró los mismos síntomas. De acuerdo con Del Prete, asegu– ró que se trataba "de una enfermedad especial, que aparecía y desaparecía. Soplos, sí; tuberculosis, no". Al P. Nazareno, que hacía notar la contradicción de aquello, el doctor Tarallo contes– taba: "Sin embargo, es así", añadiendo que la ciencia médica todavía no era capaz de explicar ciertos fenómenos. En la comida -sigue el P. Nazareno- como a religioso en– fermo, se le servía "alguna especialidad (como se acostumbra en la Orden), especialidad que él probaba y luego pasaba a los 73