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Para los demás El clérigo Forgione lloraba tanto que llegó a enfermar de la vista. El P. Antonino de San Giovanni Rotondo, su profesor y director espiritual, recuerda que, durante su estancia en San Elías, fray Pío vertía "tantas lágrimas durante la oración y en especial después de comulgar, que llegó a hacer en el suelo "un hoyito". Deseando conocer la causa, ya que fray Pío "se salía por la tangente y no decía nada", un día el P. Antonino le obligó a hablar. La explicación fue ésta, lacónica y luminosa: -Lloro mis pecados y los de todos los hombres. En los primeros días de mayo de 1904 pasó por San Elías el P. General de los capuchinos, P. Bernardo de Andermat. Fray Pío se le acercó y le pidió que le dejase ir a misiones para evan– gelizar a los pobres y llevarlos al cielo. La petición no fue acep– tada porque -y es el mismo fray Pío quien lo apostilla- "Dios me reservaba para cosas más duras". Reparar y salvar, es decir salir fiador de los otros y darse a los demás: he ahí la ambición y el empeño del joven fray Pío, repa– rador y misionero. El maligno estaba siempre al quite para desalentar/e. Una noche de septiembre de 1905, en San Elías, fray Pío está en su ce/dita con la ventana y el montante de la puerta abiertos a causa del calor. Reza. De la celda vecina llega el rumor de un ir y venir, subir y bajar sin parar. Fray Pío piensa que andará paseando el fraile de aquella celda, fray Atanasia. Asomándose por la venta– na, le llama por su nombre. Por el repecho de la ventana vecina se asoma no fray Atanasia, sino un perro negro, monstruoso, de enorme cabeza y de ojos como ascuas. De un salto, el extraño animal llega al tejado de la leñera, a cuatro metros de la ventana, y desaparece. Fray Pío queda amedrentado y orando. El día siguiente supo que hacía más de un mes que aquella celda estaba deshabitada, pues fray Atanasio se había trasladado a otra. A pesar de los pavorosos ataques del enemigo, no le faltan al luchador fray Pío alegrías muy intensas. A su director espiritual, el P. Agustín, que se lo había pedido repetidas veces, da esta re:-,puesta: "Quiere usted saber desde cuándo comenzó Jesús a favorecer a su pohre criatura con visiones celestiales. Si mal no 45
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