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como heroico discípulo de Cristo. El 4 de noviembre de 1969, el postulador general de los capuchinos, P. Bernardino de Siena, dio el primer paso, pidiendo a Mons. Antonio Cunial, entonces administrador apostólico de Manfredonia, que iniciase las inves– tigaciones preliminares para la causa de beatificación y canoniza– ción. La petición fue acogida el 23 de noviembre de 1969. El 12 de mayo de 1971, Valentín Vailati, nuevo arzobispo de Manfredonia, obtuvo el parecer unánimemente favorable de la Conferencia episcopal de la región de Benevento acerca de la oportunidad de promover la causa. El 16 de enero de 1973, el arzobispo Vailati consignaba toda la documentación recogida a la Congregación para las causas de los santos. Para mantener y alentar esta causa intervinieron las voces de muchos obispos de todo el mundo y de numerosos fieles. Habla el episcopado mundial Voces autorizadas, que exaltan la figura espiritual del P. Pío y la actualidad de su mensaje al mundo, han quedado recogidas en casi doscientas cartas postulatorias, dirigidas a Pablo VI, para obtener que se abra camino la causa de beatificación. Son cartas suscritas por diez cardenales, más de un centenar de arzobispos y obispos, una treintena de superiores generales de Ordenes y Con– gregaciones religiosas, personalidades eclesiásticass, rectores de universidades, y por más una docena de senadores y diputados italianos. Proceden de todas las partes del mundo: Europa, Asia, Africa, de toda América. Vamos a entresacar algunos párrafos de cartas de quienes conocieron personalmente al siervo de Dios. 1) Lafigura "Encontré en él un hombre sencillo, que animaba a tener confianza frente a las dificultades de la vida espiritual" (Card. Ler– caro, ya arzobispo de Bolonia). 383