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de mayo de I918, fiesta del Corpus, "tuve tiempo de ofrecerme por entero al Señor por el mismo fin que tenía el Santo Padre, al pedir a toda la Iglesia que ofrezca oraciones y sacrificios... Desde este momento me siento en el infierno". Tiene siempre delante las necesidades de la Iglesia. Toma parte como un hijo en sus tristezas y en sus problemas. 3 de diciembre de 1912: "Oremos a fin de que el Señor se digne alejar de la Iglesia los densos nubarrones que cubren el horizonte". 20 de abril de 1914: "La mies es mucha, los trabajadores son pocos. ¿Quién recogerá la mies en los campos de la Iglesia?" 7 de septiembre de 1914, por la elección del papa Benedic– to XV: "Sean dadas infinitas gracias al piadoso Jesús por haber enjugado las lágrimas a su Iglesia y por haber consolado su viudez dándole una cabeza". Un día recomendó a Enrique Medi, que partía para Roma: -Dile al Papa (Pío XII) que ofrezco por él mi vida con inmensa alegría. Otra vez, el 18 de septiembre de 1955, el mismo profesor Medí le preguntó qué quería que le dijese de su parte a Pío XII. El padre contestó: -Que me inmolo por él y pido siempre, afin de que el Señor le conserve mucho tiempo para bien de la Iglesia. Si el padre creó los Grupos de oración, lo hizo para juntar en torno al Papa almas en oración, para asegurar la oración en la Iglesia y por la Iglesia. Anticipándose al concilio Vaticano II, invitó a los seglares a orar por la santidad de la Iglesia, para contribuir "desde dentro, a modo de fermento, a la santificación del mundo". Decía: "Quiero que mis Grupos de oración recen siempre, no sólo por mis intenciones, sino por todas las intenciones de los sacerdotes, de los obispos, el Papa, a los que amo tanto como a Jesús". Sobre la mesa de la celda el padre tenía siempre una fotografía del Papa -el corazón de la Iglesia- y quería que la lámpara que le iluminaba al despertarse, iluminase también el rostro del Papa. Indicaba veneración a la Iglesia aquel modo suyo de besar la mano a cardenales, obispos y sacerdotes, y de pedirles la bendi– ción a cambio de la suya. Cuando veía que se acercaban para confesarse, el padre se levantaba para recibirles. En los últimos 354

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