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sacrificada por la familia y tan entregada a la piedad. Por eso, estáte tranquilo... No ceso de elevar a Dios mi pobre oración en sufragio de aquella alma nuestra... Te recuerdo siempre con afecto delante de Jesús". Y al P. Paulino le escribía: "Cuánto sufro por tu frialdad ... Dame este consuelo, el que tú vivas siempre resignado y que no sufras tanto por nuestro distanciamiento. Saber que te aflijes por mí me resultaría horrible". Sentía también humanamente necesidad de comprensión. En julio de 1931 conjuraba al P. Agustín: Ven a verme con frecuen– cia. Tengo necesidad de una palabra amiga, fraternal, paternal. El padre tenía una especial afabilidad. Para calificar su ternu- ra, muchos han recurrido al adjetivo "maternal". Un joven israelita le pregunta al P. Pío, al que no conocía: -Usted perdone. ¿Es acaso usted el P. Pío? -Para servirle -contesta el padre. Lo dijo con una expresión tan dulce que el judío cayó de rodillas ante el padre, pidiendo ser bautizado. Con los pecadores el P. Pío empleaba una amabilidad que les obligaba a convertirse. -Padre, yo no creo en Dios. Y él le contestó: Pero, hijo mío, Dios cree en ti. Otro, que había perdido toda esperanza: Padre, he pecado mucho. -Hijo mío, le has costado demasiado para que te abandone. Sometido a mediados de septiembre de 1927 a la extirpación quirúrgica de un quiste en el cuello, sin anestesia, el padre no hizo ni un movimiento. Al operador Jorge Festa, que le preguntó cómo no había proferido un lamento ni dado la menor muestra de dolor, le contestó: ¿A santo de qué iba a moverme o a gritar? Hubieras operado con menor seguridad. Los mismos rasgos del rostro y la expresión de la mirada revelaban en el P. Pío "a un ser tan sencillo, tan bueno, casi infantil, que inspira simpatía y da la impresión de una gran sin– ceridad... La humildad y la modestia... caracterizan su espíritu... La humilde devoción que siempre demuestra hacia sus superiores, el amor fraterno que le une a cuantos le rodean, la austera seve– ridad con la que, a pesar de su habitual dulzura, cumple su ministerio, serían de suyo elementos suficientes para demostrar el valor y el equilibrio de su psiquismo". 323

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